Capitulo 33: Primeras lecciones

948 53 18
                                    

❀ 𝓔𝓻𝓲𝓴𝓪 ❀

Desperté con los pocos rayos de luz que se colaban por mi ventana.

Tenía la sensación de que había estado sumergida en un profundo sueño durante mucho tiempo. Con pesar, me incorporé de la cama para sentarme al borde de esta.

Me sentía extraña pero no sabía el por qué. Me di cuenta que mi ropa olía a recién lavado, pero no recordaba haberla limpiado ayer.

Las lagunas mentales eran demasiado escandalosas. Solo recordaba el momento en el que entre ante Ashkore... y desde ahí, todo recuerdo estaba teñido de negro.

Un presentimiento, como muchos otros, golpeó mi pecho y me produjo un dolor insoportable. Gruñí, dolorida.

— Uhghh...

Iba a levantarme para ir a las duchas y cuando abrí la puerta, Keroshane estaba enfrente de mi;

— ¡AH! —se llevó la mano al pecho—. ¡Que susto! Justo iba a llamar.

— Lo siento mucho por el susto. —sonreí—. Dime.

— Te llama Miiko para una reunión en la Sala de Cristal en cinco minutos, si es posible.

— Está bien, ahora mismo voy.

Minutos después entre en la Sala de Cristal, donde solamente se encontraban la joven Feng Huang y la kitsune.

— Buenos días. —salude y mire de reojo a mi alrededor—. ¿Donde están todos?

Note que la Hua estaba más seria de lo habitual, más apagada y sobretodo, entristecida. Podía sentir el dolor que emanaba de ella;

— Buenos días... será mejor que te contemos desde el principio.

Miiko me invito a sentarme junto a ellas y deduje que iba a ser una conversación larga y complicada, debido a la seriedad que transmitían ambas mujeres y me comencé a sentir incómoda.

— Ashkore entró ayer por la noche.

Levante la mirada al instante y no pude evitar entreabrir mis labios de la sorpresa.

Se supone que estuve ayer toda la noche con el.

Con esto te queremos decir que... ataco a uno de los fengs huans. —susurró Miiko—. Y robó las cenizas del fénix.

Puso encima de la barandilla un papelito con los bordes teñidos de sangre, escrito en el un texto con la letra y firma de Ashkore.

— ¿Qué? ¿Como? ¿¡Que hacen las cenizas aquí!?

No entendía nada de la situación. Como podía haber atacado a alguien mientras estaba conmigo, y que estaba haciendo en un lugar como este las cenizas era algo que no comprendía.

— ¿Las cenizas no deberían estar en un sitio más seguro? —pregunte—. ¡Pensé que lo de que las llevabas a todos sitios era un mito, Hua!

— Ya sabes entonces que no es un mito, pequeña. —susurró—. La llevo siempre conmigo y nunca la ha ocurrido nada, pero hoy ha sido la excepción.

Estúpida Faelienne [ELDARYA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora