Nuestra Historia (Completa)

Todo por Amor

─¡Abejorros, por favor!

─¡Sí Ma, pasa!

─¿Son conscientes de que no pueden retener por más tiempo la atención de su abu? Además la tía Vir también forma parte de esta familia.

─¡Hija por favor! Déjame un rato más con mis nietos.

─¿Y yo que? ¿Hace cuánto que no te veo?

─¡Lo ven! Su madre está celosa y quiere llamar mí atención.

─Quizás un poco y no me avergüenza decirlo. Pero vos viniste aquí a ver a Jaz y te has pasado dos horas y media con mis hijos.

─Tenés razón hija. Que descuido bárbaro ese. Chicos me dejan un momento con su madre por favor, les prometo otra charla más tarde. ─Después de guiñarles un ojo mis nietos salieron de la habitación no muy contentos.

─Te conozco Papaputo. ¿Qué me estás escondiendo?

─¡Vení y sentate! Lo que te voy a contar es largo y ya en parte tú hermana lo sabe. Le conté a mi hija sobre la investigación que llevaba meses haciéndole a Carmiña Ferreira y que concluyo con la entrega de un informe que detallaba los negocios ilícitos que esta seguía haciendo sin levantar la menor sospecha. Le hable de como pensaba utilizar esta información que ya tenía en mis manos en su contra con la idea que me sugirió Bermúdez. La puse al tanto de que ya estaba alguien en Brasil buscándome al verdugo que iba a acabar con su falsa reputación y así conseguir que nos dejase en paz. Le hice saber que un 80 % de mi capital personal en esos seis meses que duró la investigación me había dejado muy débil económicamente hablando y necesite hacer uso del dinero una buena cantidad de plata de la empresa para culminar mi propósito. Le confesé con mucha vergüenza que está información no aparecía en los libros ni en los registros que ella llevaba porque su secretaria Milagros me había ayudado a encubrirlos.

─¿Vos desfalcaste tu propia empresa, papá?

─¿Qué otra opción tenía?

─Miles papá, miles. ─no podía creer lo que había escuchado. Mario Estrella, el hombre que más admiro mi ejemplo a seguir yendo en contra de sus principios y valores─ ¿Cómo no se te ocurrió consultarme antes de hacer esto?

─¡Decime! ¿Lo habrías aprobado?

─¡Obvio que no! Pero juntos hubiésemos encontrado otra salida papá.

─Desde que esta mujer irrumpió en tu vida supe que nuestra familia estaba en peligro, no podía permanecer con mis brazos cruzados.

─¿Y cómo crees que estaremos si no logramos revertir lo que hiciste? ¿Sabes en que problema me has metido? Soy responsable directa de la administración de la empresa. ¿Cómo voy a esconder un robo hecho por mi padre?

─¡Escúchame! Sé que te falle y te pido perdón. Abuse de tu confianza, no respete tu jerarquía pero ya no podía soportar más la presión de verte cómo te ponías cada vez que tu teléfono sonaba. Mira lo que le paso a tu esposa casi la pierdes por ellos. Y sabes que es lo peor que no va a parar de atacarlas y hacerles daño hasta que consiga lo que se le metió entre ceja y ceja.

─Nada justifica lo que has hecho porque nada te garantiza que después que ese informe salga a la luz Carmiña lo desmienta y continúe en su estúpida guerra contra nosotras. En mi opinión empeoraste las cosas Mario Estrella y me extraña mucho que esto lo hayas hecho vos con todo lo recto y honesto que sos, hasta ahora.

─¡Hija por favor! Dame la oportunidad de enmendar mi comportamiento. ¿Decime, está mal proteger a tu familia si es amenazada? ¿Está mal hacer lo incorrecto cuándo crees firmemente que tu misión es librarlos de alguien como Carmiña Ferreira?