Ocasión Única

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Cuando abrí mis ojos mi hermosa esposa me observaba muerta de amor esa mirada que había extrañado tanto, esta mañana era el primer regalo que recibía. Nuestra conversación de anoche había liberado mi mente y cuerpo y gracias a eso pude dormir acurrucada en sus brazos. Verla a mi lado con sus ojos que adoro puestos en mí me hacía sentir la mujer más amada del mundo y deseada, con todas mis ganas volver a sentirla pero esto último no se lo diría.

─¡Buen día! Despertaste y ya no puedo seguir con lo que estaba haciendo.

─¡Buen día Amor! ¿Qué cosa, me decís?

─¡Admirando tu belleza! Me cuesta creer que te haya encontrado y me hagas tan feliz.

─¡Ay Dios! Así me quiero despertar todos los días. ─Me rodé para quedar justo cerca de su rostro y besar sus labios.

─¿Sabes? Tengo una teoría que necesito probar─ la mirada expectante de Flor se concentró en mi─ Si vos me amaras no solo en teoría sino también en la práctica te aseguro que mi recuperación sería inmediata.

─¡Jazmin del Rio! No empieces con eso otra vez. ─su sonrisa me lleno de ternura le di otro beso que se transformó en uno profundo y me vi atrapada en un agarre del que no me quise soltar y que me robo el aliento. ─Te amo como a nadie he amado en mi vida.

─Yo también te amo un montón. ─volví a besarla repetidas veces mientras ella se aferraba a mi cuerpo. ─ ¡Pichi! Anoche después de nuestra charla faltó algo muy importante por hacer.

─¿Qué, decime? ─mis ojos se encontraron con los de ella.

─¡La reconciliación!

─¡Amor! No me sigas torturando. Además no estábamos peleadas vos y yo.

─¿Si queres un motivo puedo buscarlo?

─¡Sos... me encantas! Ya sé que no vas a desistir en tu intención de seducirme.

─Hasta en la eternidad me encargaré de convencerte sigamos viviendo esta historia hermosa. ─Nuestras bocas volvieron a unirse expresando lo mucho que se extrañan, nuestras lenguas se daban la bienvenida celebrando el reencuentro. A su lado volvía a ser completa, plena. Flor llena de todo mí mundo y el amor que nos tenemos forma nuestra base como pareja como amantes.

─¡Jaz! ─me odiaba por interrumpir tan mágico momento─ ¡Para, para amor, por favor te lo pido! Estoy llegando al límite permitido.

─¡Ok! Yo estoy un poco más allá, alcánzame. ¡Dale! ─la cara de mi esposa representaba una exaltación a la incertidumbre y no pude sino reírme.

─¿Vos me estás jodiendo?

─Lo intento pero no te dejas. ¿En que estábamos?

─Estábamos en que vos te quedas allí y yo me voy a duchar. Esta calentura solo la apacigua el agua fría.

─Yo no creo eso, más efectivo es... ¡Vení que te muestro! ─cuando intentaba atraparla en mis brazos nuevamente Flor se apartó de mí rápidamente encerrándose en el baño. ─Ya saldrás de allí Pichi y te voy a estar esperando.

Saliendo de mi habitación me encontré con Mario en el pasillo, al ver su cara supe que poco había dormido. Su postura reflejaba cansancio y resignación.

─¡Buen día Mario! ¿Cómo dormiste? ─le di un beso y un abrazo.

─¡Buen día Jaz! Si te soy sincero no dormí mucho.

─Eso puedo notarlo. ¿Difíciles los días que vives?

─Nunca han dejado de serlos desde que cometí esa equivocación.

Nuestra Historia (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora