Familia Adoptiva

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Más que nervios sentía una bronca incalculable por todo el mal rato que nos hiso pasar mi ex asistente. Hoy comprobé que hay personas que no tienen criterio y son capaces de hacer pactos con el diablo por dar una noticia que generalmente resulta falsa y por otro lado comprobé que algunos tienen precio, como mí asistente que una vez revele su verdadera identidad se volvió el foco de los periodistas y la policía. Lo bueno de todo es que pude solventar el inconveniente sin que mi padre presenciará todo aquel quilombo. Ahora puertas adentro de nuestra empresa se venían los cambios para evitar que cosas como esta volviesen a pasar. Nunca más Alimentos Estrella iban a ser noticia a menos que proyectara solo cosas positivas y beneficiosas para los clientes, proveedores, empleados o nosotros como dueños. Me propuse poner en práctica nuevas estrategias en las gerencias para mejorar y para eso tendría que contratar los servicios de una asesora financiera. Luego de la rueda de prensa convoque una reunión de urgencia con todos los gerentes para elaborar los siguientes pasos a seguir y proponerlo en junta directiva para su aprobación. Debía convencer a Mario Estrella de no despedir a los involucrados porque se comprometieron conmigo en poner lo mejor de ellos de ahora en adelante y yo quería darles esa segunda oportunidad.

Llegamos a casa con el abuelo luego de ser sacados de clase y pasar varias horas con él en el negocio de mí tío Javo. Posta que cuándo los vi me asuste pensando que algo malo había pasado con mis madrazas. Todavía me temblaban las piernas cuando fui al estudio y Ma Jaz charlaba muy relajada con una chica.

─¡Perdón! Buenas tardes.

─¡Hola Nair! Pasa. ─abrace fuerte a mi bebota como siempre y la llene de besos─ Quiero presentarte a mi ex alumna. Gemma ella es Nair mi hija.

─¡Un gusto! ¿Cómo estás?

─¡Bien, gracias! El gusto es mío. Las dejo sólo quería avisarte que ya llegamos con el abu.

─¡Excelente! Haceme un favor bebota. Mándale un mensajito a tu mamá y decile que ya están en casa.

─¡Claro Ma! Ya lo hago.

─¡Gracias Bebota! ¿Ya comieron?

─¡Sí! El tío Javo nos invitó a comer.

─En lo que termine los busco para charlar. Mi hija salió del estudio con cara de incertidumbre ya luego le aclararía cualquier duda. ─¡Bueno! Ya estamos casi listas.

─¡Profe! ¿Su hija es tan hermosa como su madre?

─Si te referís a mí esposa lo es y mucho. Ella es la única que te falta por conocer.

─Tiene una familia realmente hermosa y no me refiero sólo a lo físico es el amor que veo en usted y en sus hijos, irradian una luz muy especial.

─¡Gracias Gemma! ¿Sabes? A mi hijo le causaste muy buena impresión.

─Entonces es mutua porque yo sentí lo mismo cuando me dio ese abrazo tan espontaneo.

─Siendo así creo pueden llevarse muy bien ustedes.

─Eso espero Profe, y también quiero intentarlo con su hija y su esposa.

─Ya se dará la ocasión para compartir con ellos y mi suegro que vive con nosotros. ¡Ay Gemma! No llores ¿Qué... dije algo malo? ¡Perdón!

─¡No! Es solo que me hubiese encantado tener hermanos y hasta abuelos. Verme sola en el mundo es una lección de vida muy dura.

─Vos no estarás más sola. Mi familia te va a adoptar ni bien te conozcan ya verás, no estés triste por favor. ─La abracé con fuerza para brindarle ese calorcito de madre que le habían arrebatado. Luego de unos minutos se calmó limpio sus mejillas y me pidió ir al baño. Le indique el camino y me fui al estudio a seguir cuadrando las cuentas de gastos y deudas que debía pagar por asumir la responsabilidad de ayudarla. Cuando regreso me regalo su mejor sonrisa y ese simple gesto me trajo a la memoria a mi amigo Gerónimo.

Nuestra Historia (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora