Le dolía la cabeza. También sentía dolores en los costados. Pensándolo mejor, todo el cuerpo le dolía. Pero el pecho le quemaba. Henry fue recordando lo sucedido la noche pasada. Antes de abrir los ojos, aguzó el oído-era de día, escuchaba pájaros, el crepitar tímido de la leña en la chimenea casi apagándose. Percibió también que no escuchaba ningún movimiento que atestiguara la presencia de Regina en la casa. Abrió los ojos lentamente-la puerta aún estaba cerrada así como las ventanas. Nada sobre el fogón y la única huella de comida para el desayuno era algunos huevos que estaban sobre la mesa de la cocina. Como el dolor le incomodaba no sería probable que se levantara de allí tan pronto y no tenía hambre, quizás más tarde- primero tenía que saber dónde estaba Regina.
-¿Regina?- llamó tímidamente y alto. No obtuvo respuesta y aumentó su voz –Regina, ¿estás fuera?- nada. Miró alrededor y tampoco había ninguna señal dejada por Emma para él. "¡Bello momento para no saber leer, tonto!", ella podría haber dejado una nota, pero no había absolutamente nada. Henry comenzó a preocuparse, pues no recordaba cómo lo habían sacado de la cabaña en llamas. Sabía que había conseguido salir porque estaba ahí en ese momento, pero, ¿y las mujeres que estaban con él? ¿Cómo y dónde están?
Decidió reunir valor y enfrentar el dolor del pecho con el fin de poder levantarse y comprobar si, al menos, el águila estaba cerca de la cabaña. Fue apoyándose en todo hasta la puerta y miró alrededor. Ninguna señal de Regina, pero cuando miró hacia lo alto vio al águila volando muy alto y rápido. De repente, ella rompió la curva que hacía y voló rasante hacia él que extendió el brazo izquierdo para que ella se posara.
-¡Buenos días, querida!- le dijo al pájaro -¿Dónde está Regina? ¿Sabes a dónde se fue?- él pasó la mano por las plumas de la cabeza hasta las alas –Fuiste tú quien me sacó de aquel infierno, ¿no? Vi los cabellos dorados en medio del fuego...Querría saber si Regina está bien...- decía eso de forma triste –Ojalá no se haya acordado de que me atacó o estará muy confusa-enderezó el cuerpo apoyado en el marco de la puerta y habló más alto -¡Claro es por eso que no está aquí!- al fin, había comprendido el motivo de la ausencia de Regina -¿Vamos a hacer como en el día de las hierbas?- él miró firme al águila mientras decía –Debes haber visto dónde está porque estabas volando muy alto, así que- dijo despacio -¡Llévame hasta Regina, Emma!- alzó el brazo, pero ella solo voló hacia el tejado donde le gustaba quedarse, entonces Henry entendió que ni ella sabía dónde se encontraba Regina.
Se dirigió a la cabelleriza y comprobó a Eclipse, la huerta, percibió que los manzanos estaban perdiendo las hojas muy rápido. Notó que ese día no podría hacer mucho, pues su cuerpo le dolía bastante. Cuando se giró para volver a la cabaña, sintió su estómago encogerse y creyó que iba a desmayarse, se apoyó en la cerca y respiró hondo, cuando miró hacia abajo, su camisa estaba manchada de sangre-los arañazos estaban sangrando-no podría hacer tantos esfuerzos, necesitaba estarse quieto. Entró, cerró la puerta, colocó un poco más de leña en la chimenea y se acostó. No tardó mucho en adormecerse.
Bien lejos de allí, Zelena preparaba el desayuno para dos personas.
-¡Tengo que planear cómo entrar allí y necesito tu ayuda!
-¡Desde que has llegado estás con esa idea fija en la cabeza! ¿Sabe Emma lo que estás pensando?
-¡Claro que no! ¡Después de la noche que hemos pasado, creo que ni Emma ni Henry querrán acercarse a mí!
Sentadas a la mesa tomando el desayuno, Zelena y Regina conversaban sobre los últimos acontecimientos. La morena tenía una apariencia muy cansada y usaba un vestido fino de lino y una capa que le había prestado la dueña de la casa, pues horas antes había hecho como la primera vez que había aparecido tras la transformación-llegó desnuda, temblando de frío, llamando a la puerta de atrás de Zelena.
ESTÁS LEYENDO
La libertad y la oscuridad
Fiksi PenggemarTraducción del fic portugués A liberdade e a escuridao, de Giuliacci. Adaptación swanqueen de la película Lady Halcón. Emma y Regina son víctimas de una maldición, siempre juntas, pero siempre separadas. ¿Conseguirán romper esa maldición? ¿Quién la...