Lo miré a los ojos y él a mi también, se acercaba a mí, poco a poco, su mirada estaba posada en mis labios. Me acarició la mejilla y juntó nuestros labios en un corto, pero tierno beso. Se separó y me sonrió y como si nada hubiese ocurrido volvió a centrarse en la película, comiéndo palomitas.
La película terminó y salimos los dos de la mano.
- ¿Ves? Al final, no ha sido para tanto.- Me sonrió convencido.
- Aún así me costará dormir, creo que tendré pesadillas.- Lo miré seria.
- Yo no te he obligado ver esa película, además, siempre puedo dormir contigo.- Me guiñó un ojo, la verdad, cuando hacía eso yo me derretía por dentro.
- ¡Pervertido! - Le golpeé el hombro entre risas y é rió.
Suga llevó la mano a su bolsillo, sacando un paquete de cigarrillos, cogió uno de estos y se lo puso en la boca. Luego, cogió el mechero y lo prendió.
- No sabía que fumabas.- Fruncí el ceño, aun que ciertamente eso me parecía excitante.
- Hay muchas cosas que no sabes de mí, cariño.- Se acercó a mi quitándose el cigarrilo de la boca y echando en mis labios el humo.
El humo del tabaco hizo que tosiera. Y el rió de nuevo por mi reacción.
- Pues me gustaría saber más cosas.- Le guiñé un ojo y me sonrió. Con su mano derecha acarició mi mejilla y con el pulgar mis labios.
- A mi me encantaría enserñartelas.- Entrelacé mis brazos al rededor de su cuello y le di un beso, que siguió con gusto.
- Ya es tarde, Suga, debería irme a casa...
- ¿ Te acompaño? - Alzó una ceja.
- No hace falta, vivo cerca.
- ¿Segura? No me cuesta nada llevarte.
- Tranquilo.- Posé una mano en mi mejilla y se la acaricié. - Estaré bien.- Reí.
El asintió con la cabeza y subió en su moto, dejándome allí. Yo caminé hasta mi casa.
Tan pronto me acosté en la cama mi móvil sonó, era una llamada de Geraldine.
- Hola Geral.
- ¿Y bien?
- ¿Y bien qué?
- Pues que te fuiste corriendo y quiero saber que ha pasado.
- Pues me he ido dejando a Jimin atrás y he tenido una cita con Suga.
- Wow, esto avanza rápido, ¿No crees?
- La verdad es que sí...Oye, Geral...
- Dime, cariño.
- Temo enamorarme de alguno.- La oí suspirar.
- Yo temo más las intenciones de la guarra que te hace chantaje.
- Tengo miedo. - Las lágrimas empezaban a salir de mis ojos.
- Yo también lo tengo, princesa.
- Primero mi familia, y ahora esto...
- He estado hablando con mi madre, ¿Te parecería bien si me mudo a tu casa? Le he explicado a mi madre que tu padrastro se había ido al extranjero y que si podía hacerte compañía.
- Claro que puedes, en realidad me haces muy feliz, y oye...eres buena mintiendo. - Rió ante mi comentario.
- No te puedo dejar en ese estado sola.
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Espero que os guste.♥