8. Strawberry Sundae

362 37 10
                                    


Nero despertó con la luz del Sol entrando por la ventana. Vio la hora: 8 a.m.

Se sentó en su cama y quedó mirando fijamente su Devil Arm, recordando todo lo ocurrido el día de ayer... Fiesta, vestidos, sombra, niebla, sangre, Kyrie, Dante...

Dante...

Se recostó y quedó mirando el techo de su habitación. ¿Qué había sido esa actitud de anoche? ¿Qué bicho le picó?

Recordó sus ojos tristes, su fuerte abrazo, y sus palabras... ¿Estaba hablando en serio?

Prosiguió a restregarse los ojos. Durmió a saltos toda la noche.

. . .

Bostezando, bajó las escaleras dispuesto a trabajar en alguna misión, pero Dante no se encontraba. Lady estaba en su lugar desayunando un helado de chocolate mientras leía una revista. Sólo ellos podían desayunar helado o pizza a tempranas horas de la mañana.

- Buenos días, cariño - dijo la mujer al percatarse de la presencia de Nero - ¿Cómo dormiste?

- Ah, buenos días - contestó el menor, confundido. - Dormí bien.

- Fue una noche de perros, ¿cierto?

- Sí...

"¿Dónde estaba Dante?" Era lo único que pensaba el joven. 

- Dante fue un idiota con suerte - dijo Lady, captando la atención del menor. - Terminé mis asuntos antes de lo previsto y, al ver que aún no llegaban, decidí ir a ver cómo iban las cosas. Vaya fiesta la suya.

- ¿Dónde está Dante?

- En serio, hace tiempo no encontraba un demonio que no se materializaba y que era, ya sabes, de cosas de exorcismo - comentó Lady, evadiendo la pregunta. - Cuando llegué a la fiesta, Dante estaba despedazando el cuerpo de la chica; ya sabes, como era el único envase que tenía el ente para sobrevivir...

¿La despedazó? ¿Dante asesinó a la muchacha que debía rescatar?

- Y yo después le apliqué agua bendita, el bicho se hizo uno con el cuerpo de la mujer y Dante le voló la cabeza a balazos - continuó la cazademonios. - No había visto a Dante tan furioso desde que lo conocí.

- No puede ser - el menor se sentó en el sillón producto de la impresión.

Lady, al ver la inquietud de Nero, se levantó de la silla y fue a sentarse al lado del menor, tomándole el hombro.

- Hey, no había forma de ayudar a la muchacha - Lady intentaba captar la desviada mirada de Nero.

- Lo sé; tan sólo... ¿Qué ocurrió después? - dijo mientras seguía mirando fijamente el suelo.

- Pues... - Lady se paró y fue a terminar su helado. - Dante te tomó en brazos y se fue inmediatamente. Me dejó haciendo el aseo sola - levantó los hombros en señal de despreocupación. - Nada más.

- Ya veo... - Nero tenía un montón de dudas en la mente. - ¿Dante se te declaró alguna vez? - preguntó sorpresivamente, provocando que Lady se atorara con el helado.

La mujer se limpió la boca y rió fuertemente. Nero se sonrojó al percatarse de la pregunta que había hecho.

- ¿¡Y por qué haces una pregunta así tan de repente!? - Lady no podía respirar de la risa.

- ¡Lo siento! No es de mi incumbencia - el joven se cubrió el rostro en señal de vergüenza.

- Está bien, Nero - Lady apartó el helado y se sentó en la mesa de centro, quedando frente a frente con el muchacho sonrojado. - Dante jamás se le ha declarado a alguien.

- ¿En serio? - dijo Nero, con los ojos de par en par.

- Dante rara vez ha demostrado sus sentimientos, pero cuando quiere a alguien, lo demuestra con acciones más que con palabras - la mujer soltó un suspiro. - Verás, Dante ha pasado por demasiadas cosas que otra persona no soportaría. Nosotros nos conocimos bajo circunstancias muy complejas. Yo perdí a mi padre ese día, pero Dante...

Lady cerró los ojos y soltó un largo suspiro. Nero se sentía muy arrepentido de haber hecho una pregunta tan infantil. Antes que se disculpara,ella  le tomó la mano y le sonrió cariñosamente.

- En fin - continuó ella. - Dante es, para mí, alguien de mi familia. Y Dante nos dejó claro, con sus acciones, que tanto Trish como yo somos su familia, aunque no lo diga. Y, aunque no lo creas, él rara vez se ha acostado con mujeres.

- Mientes - dijo Nero con una ceja levantada.

- En serio - juró Lady. - Como te dije, no le gusta demostrar sentimientos ni mucho menos quitar su frustración con sexo. Él no se ha declarado en su vida, pero todo lo que siente se lo guarda aquí - dijo señalándose el pecho. - Y muchas veces, necesita un abrazo sin que lo pida. Rara vez que anduvo con mujeres, ellas lo terminaban abandonando.

- Entiendo - dijo Nero, asintiendo.

- Y bien - miró fijamente los ojos claros del joven. - ¿A qué se debe esa pregunta?

El rostro de Nero se tiñó de un rojo intenso. Lady rió nuevamente.

- ¡No malinterpretes! - protestó Nero. - Tan sólo me extrañó ver a Dante tan triste anoche.

- ¿Triste? ¿Dante dejó que lo veas triste? - dijo Lady sorprendida.

- Algo así.

- ¡Vaya, vaya! ¡Significa que tenemos un ganador! - gritó la mujer, exaltando a Nero.

- ¿Qué?

- Nero, mi amor - acercó su rostro entusiasmadamente. - Si Dante no se ha expresado con nadie más que tú, ¿crees que es mera casualidad?

- ¿Estás segura que con nadie? ¿Y qué hay de Trish?

- Ah, ella... - Lady se paró y se dirigió a una ventana - Pero fue hace mucho tiempo, bajo circunstancias extremas... - se giró y apuntó a Nero. - ¡Pero esto es algo nuevo!

- ¡No grites!

- Está bien, lo siento... Tan sólo ten presente que tras esa sonrisa estúpida que tiene y esos chistes malos, hay un hombre que siente más que todos nosotros juntos.

Lady se dirigió a la puerta del local, pero, antes de irse, se dirigió a la cocina a buscar un postre para Nero.

- Casi se me olvida esto. Dante me dijo que era tu favorito. Me lo repitió hasta el cansancio porque no podía memorizar el jodido nombre del helado.

- Un Strawberry Sundae - murmuró Nero, mirando el helado con los ojos de par en par.

- Eso mismo. En fin, Me dijo que te lo diera cuando despertaras.

- ¿Dónde está él?

- Fue a hablar con el anciano que les encargó la misión de anoche.

- ¿Por qué no me esperó?

- Dijo que te dejara descansar porque fuiste el que peor la pasó anoche. En fin, me debo ir; el deber llama.

Lady se retiró de la tienda y el muchacho comenzó a comer el helado.

Strawberry Sundae. Acciones más que palabras. Abrazos...

Dante casi lloró en su hombro y le dijo que lo quería.

El corazón de Nero estaba a punto de explotar.

Shall Never Surrender [Parte I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora