Ambos cazadores estaban en una mesa arrinconada de un restaurant que jamás habían visitado.
Nero no dejaba de frotarse la nariz en señal de nervios y Dante tenía la vista fija en la ventana. La espera de sus platos era eterna por culpa del silencio incómodo.
Nero dio un largo suspiro y, confuso, tomó la mano de Dante. El mayor lo quedó mirando con los ojos de par en par y alejó sus manos inmediatamente.
- Sé lo que intentas hacer, pero no es necesario que te fuerces a hacerlo, estamos bien así – dijo Dante con una amplia sonrisa.
- Perdón por incomodar más la situación – respondió Nero, mientras ocultaba sus manos bajo la mesa y pegaba la vista en la ventana.
Varios minutos continuaron sin un cruce de palabras. Mientras Dante miraba por la ventana, Nero lo observaba de reojo.
Luego de menos de media hora, llegó la camarera con la comida. Gracias a su presencia, ambos cazadores volvieron en sí.
- Una pizza tamaño familiar y un bistec de carne con arroz. ¿Desean alguna bebida? – preguntó la mujer amablemente.
- Yo quisiera una bebida, y mi compañero... - dijo Dante, mirando a Nero en busca de una respuesta.
- Ah... Jugo. No importa qué sabor sea. Por favor – el joven estaba demasiado inquieto, lo cual no pasaba desapercibido frente a su pareja.
- Está bien; volveré de inmediato – dijo ella mientras le guiñaba un ojo a Dante. El mayor le respondió con el mismo gesto. Nero sintió una patada en el estómago al ver tal interacción entre ambos.
- ¿Y ustedes qué? – preguntó el menor, fastidiado.
- ¿A qué te refieres? – balbuceó Dante, con un trozo de pizza en su boca.
- Olvídalo.
Ambos se dispusieron a comer silenciosamente y sin cruzar mirada. Tal ambiente duró hasta que volvió la camarera con los refrescos.
- Una bebida y un jugo de naranja.
- Gracias – respondió Nero, comenzando a beber para bajar la carne.
- Esto... - dijo la mujer tímidamente, dirigiéndose a Dante. – Sé que lo que haré no es para nada profesional, pero ¿estás soltero?
Nero escupió parte del jugo producto de la impresión y Dante se puso a reír. El joven quedó mirando a su compañero mientras se limpiaba la boca. La muchacha no sabía qué pasaba.
- Lo siento, estoy reservado para alguien más – respondió el mayor. – Pero no dudo que encontrarás a alguien mejor con ese rostro.
- Ay, lo siento – respondió la mujer, limpiando la mesa. – Y también muchas gracias por su amabilidad.
La camarera se retiró de la mesa, dejando a un Nero confundido en su máximo esplendor y un Dante sonriente.
- Tranquilo. Estoy reservado para ti solamente. – respondió el viejales, generando un ligero rubor en el menor.
- Imbécil – contestó Nero mientras bebía impulsivamente del caso de jugo.
Dante tomó una servilleta y, con la ayuda de ésta, limpió gotas de jugo restantes en la mejilla de su pareja.
- Escucha, no quiero que Trish sepa de esto – dijo el mayor mientras le secaba el rostro. – No es el hecho de que me incomode, sino que no te dejará tranquilo. ¿Está bien?
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Shall Never Surrender [Parte I]
أدب الهواةNuevo hogar. Nuevos sentimientos. Nuevos problemas. Dante x Nero PARTE 1. Historia ambientada durante y después de DMC4.