19. Tony

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N E R O

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Me puse a caminar en las calles con la bolsa de ropa (ahora limpia), y a pensar en nada mientras veía el cielo despejado.

No sentía preocupaciones. Más bien, estaba tranquilo... Y feliz.

El Sol relucía en su máximo esplendor, y las familias salían de sus hogares para disfrutarlo. Había un calor notable, los niños corrían unos detrás de otros disparándose con pistolas de agua, y las adolescentes jugaban con sus cabellos y acomodaban sus vestidos cada vez que veían algún muchacho.

Una chica se me acercó y me tomó del brazo. Me aparté de ella al instante, pero aun así se me acercó demasiado, plantando sus ojos en los míos y adoptando una actitud muy extrovertida.

- ¡Hola! ¿Sabes dónde puedo ir a comer un buen helado? - me preguntó con una amplia sonrisa y unas mejillas coloradas.

- Ah, sí - le respondí desviándole la mirada y dando un paso hacia atrás - . Hay un patio de comida a la vuelta de la esquina, por la derecha.

- ¿En serio? ¿Me podrías llevar ahí? - me preguntó descaradamente, tomándome nuevamente del brazo. Otra muchacha se le acercó haciendo puchero.

- Vaya que eres suertuda. Me ganaste el bombón - le comentó a su "amiga", como si yo fuese un premio.

Me aparté estrepitosamente de ambas y les dirigí una falsa sonrisa.

- Lo siento, pero tengo pareja, y... 

Ambas desvanecieron su sonrisa y se miraron mutuamente.

- Era obvio que tendría - comentó una.

- Tu novia debe tener mucha suerte. Incluso debe ser igual de guapa que tú - me dijo la otra, despidiéndose con la mano. Su amiga la siguió.

- Mi novia... Dante es una novia muy guapa - me dije en voz baja y me puse a reír.

 Di un suspiro de alivio y seguí mi camino. Tomé la ruta más larga para llegar, pues el día me recordaba que Kyrie estaba bien y Dante seguía vivo, y que me quería mucho.

A un par de cuadras de la tienda, choqué hombro con hombro con un sujeto de cabello castaño, piel pálida y ojos cansados que, al verme, se abrieron de par en par. Ni siquiera me alcancé a disculpar debido al sorpresivo acercamiento hacia mí. Sus ojos expresaban asombro en todo su esplendor.

- ¿Tony? - consultó, emocionado - ¿En serio eres tú? ¿Te acuerdas de mí?

- ¿Qué? ¿Quién es Tony? - pregunté, mientras daba pasos hacia atrás y lo miraba con profunda confusión.

Hubo un par de segundos de silencio incómodo, donde, al parecer, se dio cuenta de su malentendido.

- Ah - dijo mientras se frotaba los ojos -, lo siento mucho. Suelo confundir mucho las cosas. Tan sólo me recordó a alguien. Aunque, claro, de ser como pienso, debería tener más edad.

Más edad... ¿Me habrá confundido con Dante?

- No se preocupe - le respondí con una sonrisa y continué caminando. No obstante, sentí como la mirada de aquel sujeto seguía inyectada en mí. A la lejanía, volví a escucharlo decir ese nombre....

- Tony.

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Shall Never Surrender [Parte I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora