Capitulo XVII. El bosque de cerezos

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Sasuke despertó y se percató de que la ojijade ya no estaba entre sus brazos, los rayos del sol habían atravesado la ventana de su habitación y así lo habían logrado despertar, suspiro derrotado y se dirigió al cuarto de baño, quizá ahí encontraría a la pelirosa.

Sakura había despertado más temprano de lo que acostumbraba, quería sorprender a la familia Uchiha con el desayuno, así que decidida se colocó el delantal y se disponía a preparar hotcakes, cuando fue sorprendida por alguien que entraba a la cocina.

-Al parecer mi trabajo últimamente es asustarte – comentó serio Indra, mientras tomaba de un estante una enorme taza.

-Asustarme no... más bien sorprenderme – rió dulcemente la chica, mientras tomaba una jarra de café – ¿gusta que le sirva un poco de café? – preguntó la chica.

-Sí, muchas gracias, eso me haría muy feliz – comentó Indra mientras tomaba asiento frente a la pelirosa - ¿Qué prepararas para el desayuno? – pregunto curioso.

-Bueno, pensaba hacer hotcakes, ya que no se que les gustaría desayunar.

-¿Qué te gusta desayunar a ti? – preguntó Indra, mientras daba un sorbo a su café.

-Bueno, me gusta desayunar jugo de naranja y un poco de fruta, acompañados de wafles – sonrió la chica.

-Entonces ya tienes la solución – comentó Indra mientras bebía un poco más de café.

Sasuke bajaba las escaleras y se dirigió a la cocina, debido a que supuso que la pelirosa se encontraría ahí; cuando se asomó descubrió que la chica estaba acompañada por su abuelo, quien éste le ayudaba a la chica a cortar fruta.

-Si lo haces de esta manera, te aseguró que será más fácil y evitaras cortarte – comentó Indra mientras le explicaba a la pelirosa.

-Es muy bueno cocinando – sonrió la chica, mientras tomaba un cuchillo para cortar algunas manzanas.

-Aprendí de la mejor, así que no pude evitarlo – comentó Indra en un suspiro dejando a un lado el cuchillo.

-¿Ah sí? ¿Y quien fue quien le enseño? – preguntó curiosa.

-Su nombre era Kaguya – entró a la cocina el azabache, logrando sorprender a ambos.

-Sasuke-kun, has madrugado – comentó feliz la pelirosa, quien se acercó a abrazar al azabache.

-Sí, desperté y no te ví, supuse que quizá tendrías hambre y creo que no me equivoque – comentó el moreno, mientras dejaba un casto beso en la mejilla de la chica – hola ojiisan, buenos días – hizo una reverencia.

-Buenos días Sasuke – comentó serio el anciano, quien tomó un sorbo de su café.

-Indra-sama y yo hacíamos whaffles y picábamos fruta, siéntate a desayunar con nosotros Sasuke-kun – le ofreció la chica, mientras colocaba un plato más en la mesa.

Los tres estaban desayunando, ambos Uchihas se encontraban en silencio, mientras la pelirosa comía animadamente.

-¿A qué hora llevaras a Sakura a su casa Sasuke? – pregunto Indra, mientras miraba como la chica terminaba gustosa su plato de fruta.

-Supongo que después de comer, o sus padres me mataran.

-Oye, mis padres no son tan malos – comentó a la defensiva la chica.

-Sí claro – se bufó el azabache, tocando la frente de la chica con dos dedos, mientras sonría de medio lado.

-Antes de irse, podrían llevarme a un lugar, necesito llevar algo.

-Claro que si abuelo, a donde quieres que te llevemos – pregunto curioso el moreno.

-Quiero ir cerca de la montaña, donde está el bosque de los cerezos – respondió serio, mientras miraba a la chica.

Los tres se dirigieron al bosque de cerezos, Sakura en el transcurso del camino comenzó a cantar una canción que salió en la radio, ocasionando que el anciano sonriera, era la primera vez que Sasuke veía sonreír a su abuelo, por lo que no pasó desapercibido dicha acción y después miro de medio lado a su chica, mientras conducía.

Al llegar al bosque, Indra le pidió a Sakura que lo ayudara a buscar una banca en color blanco que se encontraba adentro del bosque, caminaron alrededor de 15 minutos, y cuando al fin la encontró, saltó animosamente, lo que ocasionó que el anciano suspirara y sonriera a la chica.

-Es un lugar mucho muy hermoso, porque jamás me habías hablado de este lugar Sasuke-kun – preguntó la chica mientras miraba asombrada los arboles de cerezo.

-Hace mucho que no venía aquí, creo que era desde que era muy niño – comentó Sasuke, mientras ayudaba a su abuelo a sentarse en la banca.

-Pero porque, si es un lugar maravilloso – volvió a insistir la chica.

-Es el sitio de mi abuelo, así que...

-Descuida Sasuke, puedes compartirlo con Sakura después de todo, es porque aquí venía todas las noches con mi amada Kaguya, justo aquí le pedí matrimonio y justo aquí murió en mis brazos – comentó distante el anciano.

-Oh, lo siento tanto, jamás debí preguntar – se disculpó la pelirosa.

-No tienes por qué disculparte Sakura, tú no lo sabías, hacía tanto que no venía aquí, sigue siendo tan hermoso como lo recordaba, ojala Kaguya estuviera aquí, te hubiera adorado, me recuerdas en cierto punto tanto a ella, y Sasuke tanto a mí – comentó Indra, mientras sonreía y miraba al cielo expectante.


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