❝ Clases Extra ❞ [Larry]

Parte 5: ♠♠♠

Harry repasaba mentalmente como debía decírselo a Louis. Tal vez un

"Quiero que vengas conmigo al evento de... "

Ni muerto. Porque eso significaría ser sincero con sus sentimientos y, en consecuencia, débil.

Podría probar a tirarle los boletos a la cara y huir. Sí, eso sonaba mucho mejor.

- ¡Hey, hey! ¿Por qué no entras en clase? ¿Encontraste una araña en la puerta? - Harry se acababa de pegar un susto de muerte, tenía la costumbre de erizarse como un gato cuando Louis aparecía por detrás de sorpresa. - ¿Qué es eso?

Le quitó un boleto quedando sorprendido y maravillado por el contenido.

- ¡Festival del ramen!

- ¡Devuélvemelo grandísimo tonto! Es mucho más lujoso que un festival, mi padre invirtió en la multinacional de pastas más cara del país y estamos invitados a probar los sabores exclusivos.

- ¡Genial! ¡Quiero ir!

- Muy gracioso, pero un chico como tú no apreciaría un acto tan lujoso.

- ¡Y un amargado como tú no tiene paladar para todos los deliciosos sabores y tipos de pastas!

- ¡Suficiente! ¡Dame el boleto, idiota!

Harry se estiró para alcanzarlo pero Louis lo esquivó. Ambos comenzaron a forcejear hasta que los pies del castaño trastabillaron haciéndole caer...encima de Harry.

Sus labios se juntaron uno contra el otro. Los ojos de ambos se abrieron como platos y sus caras se pusieron azules, Harry no pudo moverse hasta que Louis se quitó de encima.

- Yo...eh... ¿Fue un accidente?

La cara de Harry parecía la de un demonio, y en ese momento supo que debía correr por su vida.

Por suerte después de dar vueltas corriendo al colegio Harry ya se había cansado y había olvidado golpearle. Sólo había recibido un par de insultos feos y varias amenazas pero seguía conservando la entrada.

Después de un rato jadeando sobre la hierba fue el joven Styles el primero en hablar.

- Es una fiesta formal y no tienes ropa que ponerte.

Louis se rascó la cabeza sonriendo.

- ¡Si tengo! ¡Mi entrenador me regaló un traje por pasar a finales!

Harry lo recordaba. Jamás había visto un traje de chaqueta tan verde y tan horroroso.

- ¡Ni muerto vas a ponerte esa cosa!

El castaño fue arrastrado a la tienda de trajes más exclusiva de la ciudad.

Entornó los ojos con recelo.

- Realmente tienes dinero ¿eh?

- Ni pienses que lo hago por ti. No iré al lado de nadie que vista tan espantoso.

Una linda chica de vestido azul los atendió, indicó a Louis los probadores para quitarse la ropa y tomar sus medidas mientras el rizado se sentaba en una de las cómodas butacas esperando que su acompañante saliera.

- ¿Quiere café o té mientras espera?

- No es necesario. - Respondió con poca cortesía, estaba molesto. Esa chica le había caído mal desde que Louis se sonrojó mirando su discreto escote al entrar.

Cuando el nombrado salió llevaba sólo unos bóxers con dibujos ridículos e infantiles.

— Realmente tienes unos hermosos músculos, son impresionantes para tu edad. - Coqueteo la chica.

Louis se sonrojó más riendo tontamente mientras la morena acercaba un metro comenzando a tomarle las medidas.

Pero alguien estaba echando humo negro en su asiento.

- ¡Basta!

Los dos giraron mirándole sorprendido y Harry se sonrojó de la vergüenza. No había querido decir eso en voz alta y ahora debía dar una explicación.

- ¡Estás siendo una bruta midiéndole! ¿No ves que su brazo está herido?

- Pero si apenas me ha rozado...

La morena sonrió entendiendo.

— Tienes razón, tal vez deberías hacerlo tú, mientras me dice que tipo de traje necesita.

Harry se posicionó al lado del castaño algo nervioso. Hasta Louis admitía mentalmente que esa situación era algo rara. Pero quedó impresionado al sentir lo suaves que eran las manos de su tutor y como las movía de forma elegante sobre él, obteniendo medidas precisas.

- ¿Y qué idea tiene sobre el traje?

- Semiformal, y que sea azu.. - contestó Harry, aún serio.

- ¡Naranja! - Gritó emocionado el castaño.

Harry tuvo un tic en la ceja.

- ¿Naranja, tonto?

- No me siento cómodo llevando ese tipo de trajes, al menos quiero que sea naranja.

- Creo que tengo algunas ideas que convencerán a los dos. - Sonrió conciliadora. - Pueden recogerlo la semana que viene.

- Claro señorita.

- Ah, y Louis... - Se acercó susurrándole en la oreja haciendo que Harry se pusiera más nervioso. - Soy un hombre.

Ambos salieron de la tienda. Harry enojado y Louis azul andando como autómata.