Capítulo 24: Heliconia

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-¿Vamos? - me pregunta y solo asiento, si ya la consideraba impresionante esto es diferente... su sonrisa es preciosa toma mi mano y doy un brinco, su mano quema está hirviendo.

-Quema - me quejo, sacudo mi mano con un gesto de dolor. Ella también sacude su mano avergonzada.

-Disculpa - dice con una sonrisa apenada y me vuelve a ofrecer su mano, la agarro con recelo... pero esta vez solo está caliente... a una temperatura soportable. Empezamos a caminar a través de un hermoso jardín, con muchas flores de diferentes colores. Ella sujeta mi mano y admiro nuestras manos entrelazadas, creo que está sensación de calidez se está haciendo familiar a su lado.

-El jardín es hermoso - le digo por sacar un tema de conversación.

-Elena lo cuida muy bien - me contesta pensativa. Quiero hablar con ella, pero no se que decirle...

- ¿Cuáles son tus flores favoritas? - le pregunto, diciendo la primera tontería que aparece en mi mente, ella se gira a verme con una sonrisa suave.

-Si mal no recuerdo su nombre es heliconia - me dice pensando su respuesta.

-¿Son anaranjadas y parecen pinzas de langosta? - le pregunto curiosa y ella ríe por mi descripción.

-Si, algo así - me dice entre risas - que forma de describirlas - me dice y me sonrojo.

-Mi mamá tenía una florería - le cuento - y nunca recordaba los nombres de las flores así que era más fácil recordarlas por detalles así - le digo apenada, pero ella solo sonríe.

-¿Cuáles son tus flores favoritas? - me pregunta.

-Las calas - musito y ella trata de reprimir una sonrisa.

-Son muy hermosas - me dice.

-¿Siempre hablas así? - le pregunto con curiosidad. Ella me mira sin comprender y yo río.

-¿Así como? - arquea una ceja.

-"Tan refinada" - digo haciendo comillas en el aire, burlándome de su voz. Ella me mira impresionada. Abre la boca como queriendo decir algo, pero rueda los ojos divertida.

-Mira quien habla - me dice con burla y se cruza de brazos.

-¿Disculpa? - le pregunto y también me cruzo de brazos.

-Señorita, digo tres palabras y ya fue mucho - se burla de mí divertida. Le doy un codazo y ella ríe, me devuelve el golpe y empezamos a codearnos.

-Al menos yo no me expreso como una abuela - le digo y empiezo a correr. Miro hacia atrás y ella frunce el ceño y ríe.

-¡Ven acá! - me grita, pero corro más fuerte.

-¡No me alcanzarás anciana! - le grito riendo.

-¡Ya verás mocosa! - me grita siguiéndome el juego, no me fijo muy bien en el camino por estar volteando hacia atrás y en poco tiempo ella me alcanza con facilidad, trata de abrazarme por la espalda, pero el impacto nos hace caer al suelo entre risas - te tengo - me dice con una sonrisa orgullosa. Hago algo que no hacía desde pequeña... le saco la lengua - infantil - dice riendo y me remuevo tratando de soltarme de su agarre, pero me doy cuenta de está encima mío abrazándome, mis mejillas arden.

-Quítate - me quejo digo moviéndome pero ella solo se acerca más, haciendo que me tense.

-Me vengaré - me susurra al oído, se aleja hasta quedar sentada en mis piernas... y me empieza a hacer cosquillas. Me muevo como loca entre risas.

-¡D-déjame! - digo tratando de respirar entre risas, pero ella continúa con una sonrisa traviesa en su rostro.

-Esto es por llamarme anciana - se burla de mí y yo me muevo tratando de resistir.

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