capítulo 19 "me duele"

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Maratón IV


Subaru

Un día, un maldito día sin la mocosa que jode mi existencia, un día en el cual no he descansado, un día esperando que regrese pero se que eso no es posible.

Me duele la cabeza, no sé, creo que estoy preocupandome de más. Pienso la forma de entrar a esa maldita mansión y sacarla, pero no se me ocurre nada, tengo completamente la cabeza en blanco.

Pongo mis manos sobre mi rostro y suelto un suspiro cansado, esa pequeña si antes me traía loco ahora es peor. veo que hay una mesa al lado mio, la tomo y la lanzó por los aires haciendo que esta caiga cerca a la puerta de la habitación.

Es ahí cuando una cabellera rubia se asoma por la puerta, al sentir el impacto retrocede un poco y se asusta, pero eso no deteniene su camino hacia mí.

-Su-Subaru-kun- murmura ella "inocente" bajando la cabeza y luego uniendo sus manos repetidas veces.

-¿ahora qué quieres? Estoy cansado de ti- le digo haciéndola a un lado y luego me posiciono cerca a una ventana.

-yo...quería preguntarte si...¿las flores que plante ya florecieron? - pregunta ella entusiasmada, creo que lo único que está haciendo aquí es buscar un tema en común.

-ya, pero se me hace extraño que solo una de todas las que plantaste hayan florecido- le comento un poco extrañado, cosas como esas no me suelen pasar.

-oh...creo que soy un poco torpe- dice ella mientras hace una reverencia. Un poco torpe no, estas bien idiota.- ¿será que podremos ir?

-bien vamos, pero no hay que demorar- digo y comienzo a caminar de manera rápida en dirección al jardín trasero.

Mientras voy caminando, pienso en la mocosa, con ella plante unas cuantas flores y creo que ya están por florecer. Hasta hace unos días la recordé, recordé sus grandes mejillas coloradas y su sonrisa de leche.

Al llegar al lugar, veo a Yui la cual está completamente agitada, la estúpida ahora no sabe ni correr.

-¿cuál es Subaru-kun?- preguntó ella poniendo las manos en su pecho plano, juro que si la toco se me clavan astillas.

-esa- señaló una flor que está hasta el fondo debido a que ella no quería que le pasara nada.

-oh gracias Subaru-kun, ¿me puedes prestar tu daga?- preguntó ella con las manos en forma de súplica.

-¿cómo para que? O ¿porqué?- le pregunté a la rubia y esta solo sonrió con mucha hipocresía.

-solo la necesito para cortar la flor- dice ella, ay pero que estúpida es.

-bien- le alcanzó mi daga, ella corre en busca de la flor y luego trata de cortarla pero le es difícil.

No la voy a ayudar, será muy estúpida, la está intentando cortar con el cabo de la daga, señor la juventud se está deteriorando horriblemente.

La veo desesperarse y empieza a gemir de desesperación, no se que le pasa por la cabeza.

-¡¡¡Subaru!!!- escucho el potente grito de dolor de Shuu, corro en su búsqueda y lo encuentro en el patio de enfrente de la casa.

Junto a él, hay como un tipo de sabana blanca con manchas de ¿sangre? Corro más rápido y al estar a su lado el me propina una patada en todo el estomago, juro que si hubiera comido algo lo terminaría vomitando.

-te lo advertí- dice el en modo amenazador- te advertí de las consecuencias, tu madre tenía razón, deja de pensar en tu propio trasero y piensa el daño que haces- lo empujó y golpeo su nariz.

-¡cállate! Tu no sabes nada de mi madre, ¡ella quería que yo fuera feliz! ¡solo yo, nadie más!- gritaba desesperado, no entiendo que fue lo que paso.

- mira aquí- apunta la sabana blanca- mira haber si no te duele, y si no lo haces, olvídate de todo- dice el con impaciencia.

Agarro la tela y busco que es lo que contiene, y es ahí cuando veo el rostro de la mocosa, esta casi irreconocible de tan hinchada que esta la cara y amoratada.

Me duele verla así, sé que soy un sádico sin remedio, pero a ella no la llevaría a estos extremos. Esto es demasiado.

-me duele verla así- le digo sinceramente- pero ella no es mi problema, ella ya no lo es.

-idiota- me golpea en el ojo- sigue así y con lo único que terminarás es con esa Rubia estúpida que lo único que hace bien es tener problemas y caos aquí.

Lo miro como agarra a ____ en sus brazos y se la lleva dentro de la mansión, aun recuerdo lo mal que la pase esos días oscuros cuando sucedió la tragedia del pueblo, no sólo sufrió Shuu, yo al igual sufrí.

Entre a la mansión y veo que Kanato corre en busca de un botiquín al igual que la estúpida amiga de la mocosa.

Me recuesto en uno de los sillones, froto mis sienes, están que se revientan. Siento como algo se posa sobre mi regazo, abro un ojo para ver quien es y veo a la rubia encima mio.

-¿qué quieres?- preguntó en un tono frio y sin expresión.

-te traje algo frío para tu ojo- dice ella, me acerca un pedazo de filete a mi ojo.

- ¿por qué regresaste? - le pregunto un poco molesto, ella no tiene la culpa de lo que pasa después de todo.

- yo no quería casarme con Ruki- alza los hombros restandole importancia.- además yo solo te quiero a ti- dice con una sonrisa.

-estas loca- le digo, muevo fuertemente mis piernas haciendo que ella tenga que bajarse.

- Subaru-kun, yo me enamore de ti el día que le dijiste a Ayato que aún estabas enamorado de mi- dice ella con inocencia.

- seras imbecil, yo le dije eso a Ayato, pero nunca dije que era de ti- la miro fríamente y al ver su cara de confusión suelto una carcajada- yo no estoy enamorado de ti.

-pero Subaru-kun - me mira detenidamente- las cosas pueden cambiar.

-no- le digo y vuelvo a recostarme mi cabeza en el sofá.

Ella se va ofendida a algún lado. Mientras tanto pienso en ¿cómo matar a Ruki sin que el viejo me mate? Bueno es muy largo. Pienso en una emboscada, pero necesitaría a todos mis hermanos.

Laito me dijo que Yui me necesitaba en la cocina, me negué en un principio pero él me obligó a ir.

-y ahora ¿qué pasó?- le pregunto al llegar a la cocina.

-Subaru-kun te prepare un té- dice ella sonriendo.

-bien ¿y?- pregunté confundido.

-nada, toma- me da el té, este tiene un aroma peculiar- ah antes que se me olvide, ten tu daga- me ofrece la daga pero ella sin querer pincha mi dedo, sale sangre, pero no duele- ¡lo siento!- algunas gotas caen en el piso y otras en el té.- tómalo- dice ella un poco desesperada.

Esa chica se pone rara aveces, me voy de ahí, empiezo a tomar el té, esto si relaja.

Termino de tomar el té y me recuesto en el sofá de caoba fina según Reiji.

Algunos piensan que el té, te hace olvidar los males, pero mal preparado empeora el desorden interior.

El té de rosas blancas, muy es peculiar, de pronto para borrar un mal recuerdo tal vez, será para olvidar tu cuerpo.

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Hello my baby
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Suerte 7u7

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