IV

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Selene no volvió a hablar con los gemelos desde esa mañana, no porque ellos no se le acercarán, sino porque ella les rehuía, no podía ni siquiera pensar en lo que le dirían sus padres tan solo al enterarse de que se había sentando con ellos.

Ahora tenía que ser cuidadosa, ya no estaban de vacaciones, ya no había pocos alumnos, ahora todos se encontraban ahí, especialmente aquellas serpientes que se la vivían vigilándola, esperando a que cometiera algún error.

Y estar con ellos sería uno, probablemente de los más grandes de su vida, no podía permitirse hacerlo, por más dulces que se habían comportado con ella, hasta aquella chica castaña llamada Cassidie, no podía.

Tienes una imagen que mantener se repetía.

Estaba casi a finales de curso, todo había pasado tan rápido que Selene apenas y tuvo tiempo de alcanzar a notarlo, esa mañana era sábado y como era de costumbre se encontraba sentada en la biblioteca con un pergamino y muchos libros esparcidos sobre la mesa, una chica de su mismo curso se encontraba sentada frente a ella, pero la castaña rojiza no le había prestado mucha atención.

-Nicolás Flamel... -murmuró la otra chica en una voz tan baja que si no fuera por el buen oído de Selene jamás hubiese escuchado.

-Estas buscando en el libro equivocado -soltó Selene después de verla soltar un suspiro -. Dudo que logres encontrar algo ahí.

La chica al escuchar lo que decía, levantó la mirada de su libro, percatándose de que la de ojos verde azul jamás la había estado mirando: -¿Tú como lo sabes?

Ella se encogió de hombros en respuesta, levantando levemente la mirada para toparse con Hermione Granger: -Una vez escuché a mi padre hablar sobre aquello, no le tome mucha importancia.

-¿Y qué escuchaste?

Ella hizo memoria, el recuerdo de sus padres discutiendo sobre algo se hizo presente, parecía una conversación bastante acalorada y que por obvias razones ella no debía de escuchar, más sin embargo lo hizo.

-Creo una piedra, quien la encuentre podrá convertir las cosas en oro -se lo pensó un poco más -. Y crear el elixir de la vida, pero hasta ahora se desconoce el paradero de ambos.

Hermione asintió mientras escuchaba, frunciendo el ceño de manera que Selene no pudo decidirse pero que tampoco dio gran importancia: -¿Es todo lo que sabes?

-Sí, y que en ese libro no lograrás encontrar nada.

Hermione no volvió a decir palabra, cerró en libro que aún se encontraba en sus manos y se levantó, dejando a Selene sola como de costumbre.

-¿Le hablas a ella pero a mí no, eh? -musitó Fred Weasley a sus espaldas quien había estado presenciando la escena desde otra mesa más alejada.

-Simplemente la ayude a encontrar algo que buscaba -respondió sin mirarlo.

-¿No te parece algo grosero? -prosiguió él, tomando asiento junto a ella.

-Depende de la perspectiva en la que lo veas, Weasley.

El rió como si la chica hubiese dicho algo gracioso antes de ponerse serio y continuar: -Nos has estado evitando.

-No lo hago, simplemente no somos amigos.

-¿De verdad?

Ella asintió: -Compartimos juntos un desayuno navideño, eso fue todo; conversamos un poco y quiero aclarar que fue solamente por educación, no tienes porque seguir intentado fortalecer algo que no existe.

-Cassie no cree lo mismo.

-Tu amiga es una chiflada -replicó -. No quiero problemas, ustedes solo lograrán traerme eso, acepten que somos personas de mundos diferentes.

«Moonlight» [Fred Weasley] (ACTUALIZACIONES LENTAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora