Esa vez en la estación todo era diferente a la primera, sus padres ya no tenían el mismo semblante de orgullo y ella tampoco.
Ahora vestía el uniforme de las águilas y sólo su madre se había molestado en despedirse de ella, todo eso ante la atenta mirada de su progenitor.
Las vacaciones finalmente habían terminado y Selene no podía esperar por abandonar su hogar, extrañaría a Lanny y a su madre, pero ya estaba harta de tanto confinamiento por lo que apenas y se pudo subió rápidamente al tren para buscar algún compartimiento vacío, el cual no tardo nada en encontrar.
Acomodo sola sus cosas, ese año Lanny se había quedado en casa, le había pedido que por favor tuviera cuidado y eso tenía a Selene algo preocupada, pues repetidas veces había visto a la elfina desaparecer de la casa sin orden previa, pero tampoco quería preguntar y arriesgarse de ser escuchada por su padre y que la pobre criatura terminara pagándole caro.
Se sentó y sólo le quedó esperar a que el vehículo comenzará su marcha, no tenía muchas expectativas acerca de ese nuevo curso, todo parecía tan simple para ella en esos momentos y lo poco que lograba animarla era pensar en el banquete con el que los recibirían.
Veía a chicos de todos los cursos a través de las ventanas, todos parecían emocionados, saludaban a sus amigos con alegría y ella por primera vez en un tiempo pensó en el Weasley y su manera tan grosera de tratarlo.
Había sido lo mejor, lo sabía. Sin embargo no podía evitar sentirse mal cada vez que miraba aquel suéter que le había dado, ni siquiera podía usarlo.
Mientras la chica se encontraba perdida en sus pensamientos, la puerta de su compartimiento se abrió, dejando ver al ojigris con un semblante más serio que el que tenía la última vez que había hablado con ella.
—Las personas normales suelen pedir permiso antes de pasar —comentó ella, mirándolo sin gracia —aunque sea solo cortesía.
Él no respondió, parecía ni siquiera observarla, solamente se dedico a entrar y cerrar tras él.
—Claro, siéntate —bufo ella al notar que había sido ignorada. Pero él no obedeció.
Theodore Nott no podía importarle menos, sin embargo se veía muy diferente a cualquier faceta que la chica hubiera visto. Tenía la mirada perdida y la boca en una línea recta, probablemente apretaba los dientes y por eso su mandíbula se encontraba tan tensa.
Ella no dejaba de observarlo, tratando de entender que estaba pasando, hasta que él reaccionó, fue de golpe, casi de imprevisto, aquel semblante serio y espeluznante se lleno de miedo.
—Nott —lo llamó ella, haciendo que pegara un brinco —¿Estás bien?
Los ojos desorbitados del chico la miraron, sacudió la cabeza en un intento de recomponerse y se sentó a su lado.
—Sí —respondió agitado.
Ella sabía que mentía, pero no preguntó, sus motivos tendría para estar así y tampoco quería darle la idea de que le importaba aunque fuese poco.
El tren no tardo en ponerse en marcha y nadie molesto a los dos niños durante el viaje, tampoco eso significó que ambos hablaran demasiado, ella leyó todo el camino y él parecía no dejar de examinarse las manos meticulosamente, queriendo encontrar algo en ellas.
Los prefectos hicieron sus rondas como debían y no tardaron demasiado en avisarles cuando se encontraban a minutos de llegar, haciendo que Selene pusiera un separador en su libro y a Theo relajarse.
—Rosier —la llamo al cabo de unos segundos —¿tienes el collar que te obsequié?
Ella asintió: —Mi padre me obligó a traerlo, pero lo metí en el baúl.
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«Moonlight» [Fred Weasley] (ACTUALIZACIONES LENTAS)
Fanfiction«Ellos intentaron todo para matar al león que nacía en mí. Pero yo no era una leona y para cuando lo notaron, ya era demasiado tarde» -Selene. «¿Porque estás con ellos? Tú no eres una serpiente, Selene. No los necesitas.» -Fred Weasley. «Que no seas...