Habían pasado dos días desde que habían llegado a la mansión que le había heredado su madre al morir. Theodore Nott había pasado sus primeros cuatro años de vida en esa casa, yendo y viniendo, pero siempre ha escondidas de su padre y quizá ese fue el mayor error que su madre pudo tener.
No hablaba mucho de ella, no porque no la quisiera, pero ya poco podía recordarla, sus facciones cada vez se hacían más borrosas en su memoria y su voz que en su momento consideraba hermosa, ahora la consideraba imperfecta y distorcionada al no poder recordarla totalmente, lo único que aún sabía con claridad es que jamás vería nuevamente a una mujer que igualara su belleza, claro que eso pensaba antes de caer por los brillantes ojos de la castaña que en esos momentos dormía en la habitación de a lado.
Si le preguntaran a cualquier chico de Hogwarts dirían que la belleza de Selene era inexplicable, no era tan salvaje como la de Ilana, ni tan delicada como la de Venus. Era un belleza que el propio Nott llamaría enigmatica, sin embargo eso no fue lo que atrapó la atención de aquel ojigris, llamenlo masoquista, pero esa actitud que ella tenía hacía él lo llenaba, le encantaba esa altaneria con la que le dirigía la palabra pues significaba que no le tenía miedo, no como la mayoría (a excepción de sus amigos). Y sabía que no era el único que se sentía atraído por la chica, pero eso no podía importarle menos, ya no.
Sabía que ese día sería probablemente igual de perdido que los dos anteriores, no habían logrado nada. La realidad de ellos era triste: no tenían recuerdos felices; de nada servía todo el esfuerzo que Theodore había hecho para evitar queblos hechizos que su varita y la de Selene lanzaran sean indetectables para el ministerio, pues ni un pequeño destello de luz plateada había salido de ellas y eso lo hacía rabiar de sobre manera.
Los nublados pensamientos del slytherin fueron intereumpidos por el sonido de alguien tocando la puerta, murmuro un "pase" lo suficientemente alto para que la persona del otro lado pudiera escucharlo y tras esta se dejo ver la imagen del elfo que se había marchado hace dos días.
—Theodore —habló Dobby en forma de saludo, pero sin llegar a ser descortes —He hecho lo que me pidió —esto último fue casi en un susurro.
El mencionado se acomodo de mejor manera en la cama donde se encontraba, recargando totalmente su espalda contra la cabecera de esta, aun seguía adolorido y no podía hacer movimientos rápidos o bruscos, dobby tomo eso como señal para acercarse casi corriendo, saltando con emoción en la cama y haciendo que el ojigris levantara un poco la comisura de sus labios.
—¿Que descubriste, Dobby? —preguntó el chico casi en el mismo tono que el elfo había utilizado anteriormente.
El elfo coloco una de sus manos sobre su boca, para hacer todo aún más intimos, el joven Nott había sido muy específico al decir que no quería que Selene escuchara algo antes de saberlo él, no quería darle alguna noticia a la chica y que esta no lo recibiera muy bien, o peor, que alguien pudiera hacerle daño por saber demasiado. Él era claramente una tumba, ninguna palabra podría salir de su boca.
—Tenía razón —fue todo lo que dijo el elfo. —su descubrimiento sobre el progenitor de Selene, es cierto.
El chico asintió en respuesta.
—¿Alguien más lo sabe?
Dobby negó rapidamente: —Solo nosotros tres si nos contamos a nosotros dos, ¿se lo dirá? —preguntó la criatura curiosa.
—No, no ahora, él será el encargado de decirle.
—¿No cree que se enojar con usted?
Theo soltó una risita que le hizo doler hasta el alma —Ella siempre está molesta conmigo, no será problema, dobby. No te preocupes, puedes ir de regreso a casa.
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«Moonlight» [Fred Weasley] (ACTUALIZACIONES LENTAS)
Fanfic«Ellos intentaron todo para matar al león que nacía en mí. Pero yo no era una leona y para cuando lo notaron, ya era demasiado tarde» -Selene. «¿Porque estás con ellos? Tú no eres una serpiente, Selene. No los necesitas.» -Fred Weasley. «Que no seas...