CUIDAR DE TI

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Al fondo del techo del gris y frío mausoleo, se encontraba nuestra casa, el aire que tenía era desolador, más no iba a darme por vencido, no ahora que por fin le había encontrado. Con cuidado mi guía y yo bajamos, tastabillando entre el mármol suelto, intentando sujetarnos, de lo que sería el contorno de los grandes arcos de esta arquitectura, hasta que llegamos al punto en el cual convergían.

Justo tras él, se encontraba nuestra casa, en un tono gris, parecía un lugar sin vida, a no ser por el árbol de flores lilas que se aferraban a los muros cual enredadera.

-es nuestra casa verdad?- me recargué en uno de los montículos de mármol

-no pienses eso, es una ilusión, todo el lugar, su ilusión- aquel peliblanco se posó a un lado mío, hablándome en un tono más amable, lo cual me sorprendió de sobremanera –verás Reiji, los suicidas se torturan mucho, se comprometen a castigarse a sí mismos, no querrás llevarlo en esa dirección, quieres verlo, dile lo que hay en tu corazón, y luego déjalo-

-no pienso hacerlo-eso último me había molestado, no había llegado hasta el fondo del abismo solo para dejarle ahí

-espera, espera!!- se apresuró a tomarme del brazo y regresarme a mi lugar –sabía que nos traerías aquí, eres sumamente competitivo con un enorme ego-

-tú que demonios sabes sobre mí!!- mi entrecejo esta ceñido y mi mirada era desafiante

-a tu hijo le dijiste Aine, quién fue él?-

-el primer doctor con el que trabajé y mi mejor amigo-

-ah-

-él fue más que un mejor amigo, fue como un hermano mayor, incluso como un padre para mí-

-palabras sabias, una mente brillante, recuerdas que practicaba, antes de dedicarse a la cardiología?-

-eh?- esa pegunta me había tomado desprevenido –psiquiatría creo-

-psiquiatría, si, y siempre fue un lector lento- arrastraba su ronca voz –pero estos- señaló sus ojos bicolor –eran enormes, de un color aquamarina y entonces era bajo y de un cabello azulado, tal vez lo recuerdes-

Una sonrisa ladeada se surcó en su rostro, y yo comencé a reír, no podía creerlo

-sabes por qué elegimos ser tan diferentes yo y los niños?-

-el paquete no cuenta? No es tan bueno?-

-jajaja no, el viejo equipaje Reiji, los roles de autoridad, quien es el maestro, quien el padre, eso nos impide vernos tal como somos, entre nosotros, estuve esperando muchos años para poder cuidar de ti, Reiji, y voy a cuidarte ahora-

Le sonreí al sentir si mano sobre mi brazo

–pero esto no es como el resto del infierno, no tienes ninguna defensa contra Ai, si perder tu ser o tu alma, o ser tragado por el averno, pudiera salvarlo, te apoyaría, créeme que estaría contigo, a tus hijos los has recuperado, te necesitan- hizo una pausa- 3 minutos, con más perderías la cabeza-

-cómo puedes perder la cabeza?-

-cuando su realidad se vuelva la tuya, no hay camino de vuelta-

Tras la triste advertencia de mi viejo amigo, intenté sonreír en vano, poniéndome de pie, para dirigirme hacia Ai.

****

Hola!!

Antes que nada quiero aprovechar para agradecer a mi bella Ann, por apoyarme y motivarme a continuar escribiendo es por ello que quiero dedicarle este capítulo, porque no importa el rol que juguemos en la sociedad, a veces, nuestros ángeles vienen disfrazados de la persona que menos imaginamos.

Arigatou!!!

Por cierto, estamos entrando en los últimos capítulos de este fic, así que no se lo pierdan


Sigh of the SoulWhere stories live. Discover now