HOLA PAPI

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En silencio, Aine y Reiji caminaban por a la orilla del lago, donde desembocaba la gran cascada, aquella experiencia con el árbol, era algo estremecedora para sus corazones, hasta que Reiji decidió romper el silencio

-de quién son estas huellas?- inquirí curioso

-no me preguntes, tú las pusiste, baka-

Mire confundido a Aine, pero cuando las seguí con la mirada, un pavorreal salió de pronto entre los arbustos asustándonos, fue entonces que le vi de nuevo, a Ai, cuando éramos jóvenes...

-Ai..- y sin pensarlo mucho, me dirigí directo hacía donde le veía –Ai!!- comencé a gritar mientras corría más y más rápido – Ai!!!-

-Reiji!!!- era la voz de Aine

Pero no importó cuando te gritará, tú no volteaste, te vi quitar tu ropa y zambullirte en el lago, quise seguirte, más solo si unos pasos dentro esperanto por ti, pero ya no saliste de él.

-fantasear no te ayudará a resolver nada Reiji- ahí estaban tus regaños querido amigo

-tienes razón, necesito a Ai- salí molesto del agua

-eso cambiará con el tiempo-

-oh por favor!! Einstein el tiempo ya no aparece en mi reloj! El tiempo, no existe aquí! Y donde quiera que este, no voy a dejar de desearlo- estaba molesto

-vas a cambiar de parecer, al igual q Ai- me confrontó

-amigo, no nos conoces- le pase de largo

-hubiera querido hacerlo-

Pero en ese momento algo captó mi atención, a lado de un viejo tronco había un peluche de un tigrecito

–Amerïe..- Susurré

–Amerïe!!- corrí hacía él y reí al verlo antes de tomarlo en mis manos

–mira Aine es tigger, es de mi hija! Hachi lo rompió un día y..- mi voz se quería quebrar –está ella aquí? Dónde está?-

Sin embargo Aine no me respondía, solo me miraba fríamente.

-El aquí es suficiente, para todos los que quieran su universo privado- Aine se acercó y acaricio el peluche – pero no es por eso, que no has visto a tus hijos, o si?-

-eso que significa Buda?!- pero él me ignoraba –Quiero ver a mis hijos Aine- exigí

-Cuando estés listo- fueron sus últimas palabras antes de continuar su camino

FLASHBACK

Aún puedo verlo, como si tan sólo hubiese sido hace unos días, ahí estabas tú, mi pequeña Amerïe, abrazada a tu pequeño tigre de peluche, mientras yo te colocaba el termómetro en la boca, y quitaba mi estetoscopio-

-te duele?- estaba revisando tu garganta más solo negaste –y que tal esto?- hiciste una adorable mueca de dolor y asentiste

-qué tal esto, no te dejaré en paz hasta que te rías- te sonreía, pero tu expresión aún era triste –vaya vaya, tienes fiebre amor, aunque está bajando-

-no vas a ir a trabajar?- me preguntaste con esos hermosos orbes grisáceos mirándome fijamente

-quieres aprender ajedrez?- una hermosa sonrisa se dibujó en tu rostro –te enseñaré-

- En verdad!! En verdad me enseñarás papi?!-

-así es princesa-

FIN DEL FLASHBACK

Sigh of the SoulWhere stories live. Discover now