Dejaste más puertas abiertas de lo que yo esperaba.
Somos un coliseo astral, dentro de la Roma de Plutón.
Estamos aquí parados como un par de tontos a la luz de la luna.
Bailando entre montañas de humo brillante con el polvo de las estrellas.
Nos estamos incinerando dentro de nuestro propio universo, escuchando las más hermosas melodías.
Estamos ardiendo tan brillantes como los rayos del sol, la luz nos rodea y se convierte en uno con nosotros.
Giramos entre planetas, damos vueltas entre partículas de luz y nebulosas.
Y solo siento tu presencia, y la mía.
Estamos aquí y somos ángeles de galaxias desconocidas, engullidas por los agujeros negros.
Pintamos luces con los pinceles de la luna plateada y pintamos los cráteres con anémonas doradas.
Somos algo, ahora somos algo increíble, casi tan precioso como para guardarnos en un cuadro diminuto, dentro de una caja musical, en nuestros corazones.
Somos la dislexia de las letras románticas en una epístola, quemando cada esquina del papel, así como ardemos en las estrellas, tocando planetas, visitando galaxias, pintando asteroides.
Somos aquello que sucede y no sucedió dentro de un mar de posibilidades.
Somos.