Ardo en el recuerdo de tu mirada donde no sé mi paradero, me hundo en tus ojos marrones verduzcos, y en las olas de tu plateado cabello.
Veo la luna al horizonte del mar y te pienso infinitamente perfecta.
Y ahí estás con el rostro iluminado de plata, con diamantes en los ojos cayendo sobre tus mejillas, y yo te abrazo y me acerco, y pido que no te vayas que aún hay tiempo, solo besas mi frente, me sonríes, aun estoy tomando tú mano cuando suavemente me dices "despierta".
Abro los ojos llenos de estrellas de tu recuerdo, y siento en mi mano algo, y te encuentro a ti; una preciosa perla blanca infinita.
Cierro los ojos y respiro, al abrirlos te digo que te amo.