La luz

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Aún confundido por cuál sería su papel en todo ésto e intentando descifrar en su excitada cabeza las palabras "preparar" y "servir", aquel ángel de ojos azules, que antes de ese día jamás imaginó, al menos conscientemente , estar en esa situación, se dejó guiar por un vampiro que ardía por poder ver qué tenía aquel asombro y ganas de aprender por ofrecerle.

Había roto cráneos de cada maldita criatura que se le pasaba en frente, había vuelto de un hombre intransigente y aparentemente ahogado en sus propios sentimientos, alguien que compartía y tenía "detalles" con él. Pero ahora quería más. Quería ver que aquella mirada de inocencia se tornara llena de lujuria, que sus besos le contaran aquel conflicto interno entre el "querer" y "tener que hacer", deseaba ver ese cuerpo desnudo y a su entera disposición y así lo hizo. No importaba el frío, ni el aire, ni aquella ligera brisa que venía de la cercanía del río que humedecía sus cabellos. No, les podía más aquella sed de uno por el otro que se notaba en sus miradas y en como no podían dejar de tocarse.

Pronto, el cuerpo de Benjamin se pegó al de Castiel en un intenso beso rudo mientras el ex marinero tomaba con fuerza la cabeza del ángel, alborotando sus cabellos y metiendo su lengua en el interior de la boca del ángel. 

Dean, por su parte, no dejaba de sentir entre sus manos esas abultadas y firmes nalgas del que, ahora, tenían en medio, restregando su erección contra ellas, moviendo sus caderas de arriba a abajo y sintiendo su miembro aumentar cada vez más y más de tamaño. Sus venas ahora estaban remarcadas y las erecciones de los otros dos ahora rozaban una contra la otra.

Los dientes del cazador se enterraron levemente en el trapecio del ángel, haciendo que éste gruñera un poco sobre los labios del vampiro, quien apenas sintió el respingo del miembro del pelinegro, se separó, jadeante y con los labios rojizos por aquel roce brusco, así como los marcados bordes del Señor del Purgatorio.

— Abajo, alitas. — Ordenó el vampiro mientras el que tuviera antes la gabardina pero ahora yacía desnudo como los otros dos, afirmara con la cabeza una sola vez. Como un buen soldado, ahora obedecía, poniéndose de rodillas frente Benjamín, dejando ver ante éste, el cuerpo de Dean al quitarse; aquel que le hizo delirar más de una vez, quien no solo tenía ahora su lealtad si no su amor y toda la pasión con la que solo un vampiro podía dar.

Dean y Benjamin quedaron frente a frente, sonriendo y observándose mutuamente. Ambos, con sus miembros rígidos, su piel ligeramente erizada y esas ganas de devorarse  que apenas pudieron contener.

El vampiro estuvo por tomar a Dean por la nuca para besarlo, pero un toque inesperado lo hizo bajar la mirada con una sonrisa cínica.

El vampiro estuvo por tomar a Dean por la nuca para besarlo, pero un toque inesperado lo hizo bajar la mirada con una sonrisa cínica

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La mano de Castiel rodeaba el miembro de Benjamin y éste, relamió sus labios sugerentemente.

— ¿Tienes hambre, Cas? — Justo al pronunciar la pregunta, el ex pirata sabía que tal vez el pelinegro lo tomaría, como siempre, literal, pero en su lugar, aquel ser que había caído del cielo para hacer cumplir la voluntad de su padre y ahora no hacía más que satisfacer sus crecientes deseos, comenzó a abrir su boca, calculando en su mente cuán grande debía ser el espacio para poder tragarle la polla completamente. Pronto, los labios del ángel rozaron el largo del falo del vampiro quien al sentir el primer contacto, soltó un gruñido de placer, acompañado del fruncir de su entrecejo.

Sálvame. [DeanXBenny✓] [Denniestiel✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora