CAPITULO III.- AMARGO ADIÓS, DERRAMANDO LAS LÁGRIMAS SOBRE UNA TUMBA.

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Habían pasado ya varios días de aquella noche en el bar, desde entonces Sam no les dirigía la palabra a sus padres. La chica se encontraba en ese momento empacando lo último que se llevaría a su nuevo hogar ya que esa tarde llegaría el camión de mudanza para llevarse sus cosas, Sam se detuvo por un momento y sus ojos amatistas se posaron como mariposas en un cofre de madera en el cual había encerrado sus recuerdos con llave, de pronto un sentimiento de nostalgia la invadió y buscó en lo más profundo del cajón de su mesita de noche la llave que abría las cerraduras de aquel objeto. Sam abrió el baúl y comenzó a sacar uno por uno los objetos que ahí se encontraban, cada uno un recuerdo, al principio comenzó a ver el álbum fotográfico que había armado con todas las fotos de las aventuras que vivió junto a su novio y sus amigos, después una foto enmarcada de ella y Danny, los boletos del circo gótico de Freakshow, un par de boletos para el concierto de Humpty Dumpty... uno a uno cada objeto le recordaba más su pasado y la ausencia de Danny, hasta que por fin llegó al fondo, ahí en un rincón un pedazo de tela negra desgastada por el tiempo que desdobló con delicadeza, poco a poco los pliegues fueron descubriendo una "D" blanca con manchas de sangre.

- Danny – susurró mientras una lagrima rodó por su mejilla - ¿Por qué no puedo olvidarte? ¿Por qué aún me sigue doliendo tu ausencia?

Sam, en un arrebato desesperación y tristeza metió todo de nuevo al baúl y se quitó de su dedo un anillo con una piedra azul y su camafeo para introducirlos en el cofre, lo cerró con llave y salió de su habitación con él entre sus brazos para dirigirse al fondo del jardín de su casa, lo colocó en la tierra y fue a buscar un bote de alcohol y unos cerrillos, para después regresar a donde había dejado las cosas.

- Es hora de olvidar. – dijo respirando muy profundo – Danny... es hora de continuar con mi vida - Se dispuso a abrir el bote de alcohol, pero no pudo siquiera rosear ese objeto con el líquido, después de titubear unos minutos que le parecieron eternos se soltó en llanto - ¡soy una cobarde! – Sam cayó sobre sus manos y rodillas envuelta en su tristeza.

Después de mirarla unos minutos y esperando a que se calmara un poco, Dani se dispuso a hablar

- No lo eres Sam – contesto una voz delicada, para después aparecer la joven Dani sobre de ella.

- ¡Dani! ¿Qué haces aquí? – dijo aun sollozando.

- Venia a verte y a hablar contigo cuando vi lo que tratabas de hacer

- Soy una tonta.

- Claro que no, eres una mujer muy inteligente... esta mañana te graduaste con honores.

- ¿Y eso qué? Aún no puedo olvidar a Danny, aun me duele y no sé qué hacer, siento que me estoy muriendo lentamente. – Sam seguía hundida en su dolor. – me duele aquí adentro... he tratado y tratado y no encuentro la paz... siento como el odio y la rabia me consumen por dentro y ya no más... ya no quiero sentir esto.

- Pude sentir tu dolor en aquella canción que interpretaste en el Bar...Escucha, sé que te duele, a todos, pero a ti te afectó de esta forma y aun así tanto tu como yo sabemos que debes continuar con tu vida... sé que te vas para poder despejar tu mente y ocuparte en otras cosas que no sea la cacería de fantasmas... estar cerca de los Fenton y de todo lo que te conecte con Danny en este momento te hace daño...- la chica volvió intangible el cofre y todo lo que había dentro cayo a la tierra – veo que sacaste muchas cosas del cuarto de Danny antes de que sus padres lo remodelaran.

- Me dolió que lo hicieran, para mí era como fingir que nunca existió, esta ciudad, se ha olvidado de él.

- Y sin embargo no es así... sus padres aún conservan su recuerdo... Jazz aun estando en la universidad lo recuerda y habla de el con alegría....

LA VIDA DESPUÉS DE TIWhere stories live. Discover now