Capítulo 9: Caramelo

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"¡Corten! Vámonos a casa. Buen trabajo."

El director anunció el final del rodaje y el descampado se llenó de aplausos. Levanté la cabeza de una sacudida, desconcertada, y comencé a aplaudir cansadamente reprimiendo un bostezo.

"Gracias a todos." De alguna forma, conseguí oír la voz de Yoongi entre todo el jaleo. Seguía encima del camión volcado y nunca le había visto tan feliz hasta ahora.

Me froté los ojos intentando disipar el sueño. Miré hacia el cielo, el cual comenzaba a reflejar una tonalidad celeste con la llegada del amanecer. Mierda. Para esta hora ya debería estar de vuelta en Seúl. Tenía muchísimo trabajo acumulado, tenía que revisar con Seung lo que llevábamos del proyecto y... oh dios, ¿qué había pasado al final con el proyecto de la becaria?

Saqué mi móvil del bolsillo de la sudadera que me había dejado una mujer del equipo de rodaje (resulta que no a todos les caigo mal aquí) y fui directa a los correos que había estado ignorando. La becaria se disculpaba conmigo por no habernos consultado y me informaba de haber retomado el proyecto para la semana que viene. Eché la cabeza para atrás gruñendo. ¿Cómo se le ocurre? Acabo de avisarle de que no debe de tomar decisiones por su cuenta y lo primero que hace es-

"Creo que soy yo el que debería poner esa cara." Yoongi se desplomó en la silla junto a la mía con las piernas abiertas y la cabeza sobre el respaldo. Aún sonreía de oreja a oreja, aunque yo estaba distraída observando las venas de su cuello, las gotas de sudor que se le juntaban en-

Madre mía, (T/N), para.

Parpadeé unas cuantas veces antes de dirigirme hacia mi mochila, guardando la libreta. "Dudo mucho que hayas tenido que lidiar con becarios inexpertos alguna vez."

Bufó, dejando un rastro blanquecino en el frío aire del alba. "Yo llevo dos días rodando sin apenas descansos. Tú estabas sentada garabatendo."

"Estaba trabajando."

"Oh, estoy seguro de ello. Has perfeccionado tanto tu técnica que trabajas en sueños." Me levantó una ceja con los ojos entrecerrados.

Fruncí el ceño. "No estaba dormida."

"Lo estabas hace unos minutos." Se había levantado y se estaba estirando. "Te he visto."

Le sonreí de medio lado. "¿Me mirabas?"

Me devolvió la sonrisa. "Y pude ver que me mirabas."

Me puse de pie, cogiendo mis cosas. "Eres mi proyecto, ¿recuerdas? Debo observarte. Descifrarte de alguna forma."

Su mirada se ensombreció un poco y se pasó la lengua por el labio inferior. Su voz un susurro. "Puede que yo también tenga que descifrar algunas cosas sobre ti." Dio un paso en mi dirección. "O sobre mí."

Me recorrió un escalofrío. Comenzaba a notar cómo iba haciéndome pequeña ante él, mi cuerpo completamente despierto ahora, irradiando adrenalina.

Carraspeé, mirando hacia ambos lados. "D-deberíamos marcharnos." Mi voz adoptó un tono agudo y me pareció que Yoongi mantenía la respiración por unos segundos antes de girar la mirada y morderse el labio.

"Tienes el coche aquí cerca, ¿verdad? La recepción del hotel abrirá dentro de unos minutos." Giró la muñeca, consultando su reloj. Rolex, claro.

"También abrirá el catering. Estarás hambriento." Comencé a andar hacia la parte delantera del set. Una risa grave me llegó desde atrás, su voz más cerca de lo que esperaba, haciéndome contener el aliento.

"Oh, no sabes cuánto."

* * *

Cuando llegamos al hotel, Yoongi se fue derecho a la ducha y yo derecha a la carta de catering, pidiendo algunas cosas al azar. Sinceramente no me importaba. Estaba demasiado cansada como para pensar en otra cosa. Bueno, puede que solo en una cosa más.

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