Capítulo 12: Juego (pt.1)

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Jimin aún no podía creérselo. Escuchaba la voz distante de Hoseok dándole indicaciones sobre los cambios en la coreografía, pero su mente estaba en otra parte.

La verdad sea dicha, hacía días que había empezado a perder toda esperanza. Desde que Yoongi y T/N volvieron del rodaje de Agust D, todo entre ellos parecía sospechosa y aburridamente normal. Claro que notaba alguna que otra mirada, algún que otro gesto, alguna que otra tensión en su hyung cuando el resto mencionaba algo sobre dónde exactamente durmió su compañera de rodaje si no había más habitaciones, o cómo se sentía ser el único del grupo en haber estado a solas con una chica en meses. Pero ¿realmente había tensión? Jimin comenzaba a pensar que había sido todo producto de su imaginación: el creer que esa chica realmente era su dom virtual perdida, la química inicial que creyó ver entre Yoongi y ella, incluso los detalles de dominancia que creyó ver en su propio hyung. Todo podría ser su imaginación, todo producto de su propia necesidad. Necesidad de un escape de esa maldita rutina, de aferrarse a algo después de perder a su Jagi, después de que se desvaneciera sin dejar rastro, necesidad de ser bueno, de hacer comprender a Yoongi lo que necesitaba, de creer que él también lo necesitaba...

Y justo cuando tiraba la toalla, justo cuando empezaba a asumir sus delirios, ahí estaba.

Gemidos provenientes del estudio de Yoongi. Conversaciones susurradas, no lo bastante bajo como para no ser oídas en la corta distancia a la que Jimin se encontraba, sus nudillos flotando sobre la puerta sin poder finalizar su intención inicial de avisar a su hyung, sus palabras asaltándole en un tono que nunca le había oído usar: "Sabes que te gusta ceder el control. ¿Por qué te resistes?"

Los ojos de Jimin se quedaron fijos en el suelo, abiertos y expectantes, atónitos. "¿Acaso esperas un castigo?" Su mano viajando a toda velocidad hacia sus labios, parando el repentino gemido que amenazaba con delatar su posición. Su voz. Ni en sus fantasías más descabelladas Jimin podría haber predicho esa voz. Era suave y peligrosa, embriagadora e intoxicante. Si no le conociera de hace años, apenas podría identificar a su hyung. Aunque también podría ser por el abrupto efecto ahuecado que había adoptado, como si hablase contra algo o... alguien.

"No." Un quejido, casi un lloriqueo. "Oppa, sólo quiero..." Esta voz... "S-ser buena. Por favor..." Y no había ninguna duda ahora en la mente de Jimin. Incluso si nunca había escuchado sus gemidos, ¿cómo no iba a reconocer la voz de la chica con la que llevaba obsesionado hace meses? Cada vídeo, cada entrevista, cada hora dedicada a observar a esa chica a través de su colección de móviles y portátiles en oculto (de los que Big Hit, claro, no tenía idea) dando su fruto finalmente. Era ella. Era T/N. Era su Jagi. Y estaba sumida en la más perfecta sumisión ante su hyung. Una sonrisa dibujándose en su cara mientras notaba una creciente tensión en sus pantalones. Por fin.

Estaba pasando. Era real. Yoongi había roto por fin. Y T/N era la responsable. Los tenía a los dos justo donde él quería.

"Se te da fatal mentir, ¿lo sabías?" El murmullo de su hyung devolviéndole a la realidad, sus nudillos finalmente colapsando contra la puerta. Suficiente diversión por ahora.

"¿Hyung?" Jimin sacando a pasear sus dotes de actor y trayendo a la vida su fachada, su tono inocente y cantarín contrastando con expresión oscura e impenetrable, su sonrisa ensanchándose al escuchar el jaleo dentro del estudio. "Hyung, sé que estás ahí."

Silencio. Pero las palabras de ambos aún resonaban en su cabeza: él hablando de castigos, ella hablando de querer ser buena... Pero mentía. Él mejor que nadie podía identificar eso. Él, que podía ser el mejor en ser verdaderamente bueno. Si tan solo Yoongi se lo pidiera, si tan solo... "Hyung, por favor..."

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