015

944 177 85
                                    

Había pasado exactamente un mes, y en las últimas semanas del mismo no recibí mensajes de parte de Keith. Comenzaba a imaginarme cosas que no deseaba pensar, por lo que reprendía de inmediato tales pensamientos.

Él estaba bien, en el nombre de Jesús.

Miré la última carta que Keith me había enviado hace dos semanas, volviéndola a leer como por quinta vez en aquella semana.

"He estado meditando en Dios y en Su Palabra todo este tiempo, realmente has logrado que me interesase en Él cuando ni mi propio padre pudo lograrlo... no dejo de pensar en que has revolucionado bastante ciertos aspectos de mi vida, me he cuestionado cosas de mí mismo.

Mi ira, mi dolor, todo lo que albergaba mi corazón... finalmente ha sido sanado por el Señor, y también por ti. Ambos han hecho una versión más esperanzada de mí, una que deseo preservar siempre hasta que Él me llame o venga por nosotros.

Ayleen, espero verte pronto y ya no decir estas cosas por medio de un tonto papel, quiero decirte todo en persona y algo más.

Nos vemos, señorita Cielo. Dios los bendiga a todos."

Era inevitable para mí sonreír cada vez que terminaba de leerla, así ya lo hubiese hecho varias veces desde que la recibí; estaba agradecida con Dios de haber cambiado la vida de Keith, pero ahora tenía cierta confusión dentro de mí.

Él, a pesar de que pudiera ser exasperante a veces o bromear tanto al punto de molestarme... mi corazón se sentía contento al estar junto a él, tal vez sí me gustaba o quizás no era solamente gustarme.

Quizás... era algo más fuerte.

-No, reprendo eso... -Susurré tapando mi rostro con mis manos, yo vine a hacer misiones de parte de Dios y no a perder el tiempo.

Pero, ¿por qué aún así el rostro del capitán aparecía en mi cabeza? No quería sentirme así más.

Tenía miedo debo admitir, miedo de que si dejaba crecer estos sentimientos podría sufrir más adelante por eso mismo. Keith era un militar antes que todo, y la simple idea me perturbaba.

¿Qué sentiría si algo malo le sucediera en plena misión militar? ¿Cómo reaccionaría si él... muriera algún día?

Sonaba egoísta de mi parte, pero no quisiera saber que alguien especial para mí muriese de forma tan repentina.

-Ayleen, han regresado. -Avisó Gwen apenas entró a la habitación.

Mi corazón latió con fuerza, mi expresión de sorpresa cubrió mi rostro y no tardé en levantarme y cambiarme ya que, andaba en pijamas.

Mi corazón latió con fuerza, mi expresión de sorpresa cubrió mi rostro y no tardé en levantarme y cambiarme ya que, andaba en pijamas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Respiré profundamente y me mentalicé para salir de la habitación.

Pidiendo al Señor que controlase mis emociones.

☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆

Todos estaban afuera de la base para recibir a los valientes que fueron a prestar ayuda en otra ciudad, el avión militar apagaba sus motores cuando todos los soldados junto a Keith y Clark bajaban de este.

Mi mirada se clavó en él al instante en que lo vi, me había puesto la cadena militar que me había obsequiado antes de irse.

Al notar que estaba observándolo, me miró a través de su lentes de aviador.

Nos acercamos para vernos cara a cara, él estaba sonriendo sin decir ni una palabra hacia mí. Yo tampoco hallaba las palabras correctas para decirle, hasta que él inició.

-Prometí decirte algo cuando volviera. -Recordó colocando sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón militar.

Apreté los puños a ambos lados de mi cuerpo, sintiendo nerviosismo por lo que sea que fuera a decir; realmente no sabía por qué estaba tan nerviosa, no era como si fuese a decirme algo grave o eso pensaba yo.

¿Sería algo grave?

-Está bien, te escucho. -Respondí aclarando mi garganta, queriendo discimular de alguna forma mis nervios frente a él.

Suspiró con profundidad y luego me miró fijamente.

-Ayleen Lancaster... -Dejó una pausa tras decir mi nombre, que me causó demasiado temor.

¿Qué iba a decir?

Hasta que soltó lo siguiente:

-¿Solamente usas blusas blancas? Deberías probar otros colores, pienso yo, han de quedarte muy bien ropas coloridas. -Expresó como si estuviera hablando en serio.

Yo parpadeé perpleja, ¿eso era lo que quería decirme?

-Ugh, no puedo contigo. -Espeté molesta por sus palabras, yo esperaba otra cosa más seria.

Luego su carcajada resonó en toda la pista de aterrizaje, me di cuenta que éramos los únicos ahí.

Su semblante cambió, uno donde era más serio esta vez y negó suavemente con la cabeza.

Su semblante cambió, uno donde era más serio esta vez y negó suavemente con la cabeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Señorita Cielo, el Señor y tú ganaron la guerra de mi vida.

La confusión nuevamente se apoderó de mí.

-¿Eh? -Musité sin entender bien sus palabras.

Colocó lentamente sus manos en mis mejillas, y me sonrió con dulzura por primera vez desde que nos conocimos.

-He perdido esta guerra, porque he caído enamorado de Dios... y de ti.

Sentí la respiración irse de mis pulmones, aquello no podía estar pasando.

Eso no podía ser cierto...

Keith Wallace, el capitán del escuadrón militar, estaba enamorado de mí.

☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆

Sorpresa 🙈 jejeje 👀 comenten y voten! 🙏












¡Dios les bendiga!

𝙷𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝙷𝚘𝚗𝚘𝚛 🔚 novela cristiana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora