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Hay momentos en que Dios usa cualquier forma para avisarnos de algo, a través de Su santo Espíritu.

Y esa noche, tuve un sueño que me hizo levantarme de golpe de mi cama, revisé el reloj de la habitación en la que estaba y noté que eran las tres de la mañana apenas.

Pasé las manos por mi rostro, intentando calmar mi agitación debido a lo real que se sintió aquel sueño.

-Dios... ¿qué va a pasar? -Susurré intentando no despertar a Gwen que estaba durmiendo en la cama de arriba.

En el sueño, me vi frente a una ciudad algo distorsionada o borrosa, se escuchaban muchos disparos y gente corriendo por doquier.

Yo observaba todo el caos a mi alrededor, pero no era capaz de deducir lo que estaba pasando.

Fue que de un momento a otro, la ciudad entera estalló por una bomba y la gran nube de fuego y humo envolvió cada edificio del lugar.

Allí fue que me desperté agitada, y de forma inmediata me arrodillé para orarle al Señor por revelación sobre tal sueño, algo me hacía sentir en mi espíritu que sucedería un terrible evento.

Más no era capaz de averiguar qué era.

-Señor, protege a los soldados y a los misioneros por favor... ten misericordia... -Rogué entre sollozos silenciosos para no hacer ruido.

Mi alma se sentía abatida y angustiada, ¿qué estaba por suceder?

Estando yo en medio de la intercesión por el escuadrón de las fuerzas armadas y el grupo de misioneros, las horas pasaron rápidamente y ya eran las cinco de la mañana.

Pude percibir movimiento en las afueras de la habitación, pasos rápidos que se movilizaban en alguna dirección.

Alguien tocó la puerta, logrando que me levantara del suelo y me encaminara hasta ella.

Clark estaba al otro lado, su mirada era seria y preocupada a la vez.

-Tenemos una reunión ahora, Keith solicita la presencia de todos, incluyéndolos a ustedes. -Aseveró antes de irse a paso rápido a la sala de juntas de la base.

Jadeé estupefacta al sentir una mala sensación, como si algo fuera a suceder. Por lo que corrí hasta la cama de Gwen y moví su brazo para despertarla.

-Hey, levántate ahora mismo. -Murmuré zarandeándola un poco, hasta que conseguí despertarla.

-¿Eh? ¿Por qué, Ayleen? -Preguntó claramente adormilada y luego soltó un sonoro bostezo.

-Keith solicitó una reunión, los misioneros también tenemos que estar presentes.

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El capitán Wallace caminaba de un lado a otro en medio de la sala de juntas, su expresión impasible y llena de seriedad me hizo tragar saliva de forma abrupta.

Algo estaba pasando.

-Soldados, y misioneros presentes, hemos recibido una llamada de los militares de Libia, ha ocurrido un ataque sorpresa de parte de los terroristas.

Todos en la sala murmuraban palabras de asombro y desconcierto, mientras que yo me mantuve callada.

-Capitán, ¿qué ocurrió exactamente? -Preguntó uno de los soldados.

Keith respiró profundo antes de responder.

-Colocaron explosivos con alto contenido de nitroglicerina y ácido prícico en las áreas subterráneas de Trípoli.

𝙷𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝙷𝚘𝚗𝚘𝚛 🔚 novela cristiana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora