Capítulo dos: Filofobia.

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—Wuxian, baja a cenar —le avisó Jiang Cheng mientras fruncía el ceño. Wei había salido hace unas horas con una mueca burlesca y había regresado con una ausente. Estaba tumbado en la cama con aire solemne. Jiang Cheng no podía soportar verlo como un pez moribundo, así que se apresuró a salir antes de volverse el cómplice de travesuras— No tardes...

Wei gimió una exclamación de forma dramática. Levantó la mirada hacía la pantalla del ordenador, leyendo lentamente el artículo.

[Filofobia o el miedo a enamorarse es un trastorno social que hace que el individuo sienta estrés y ansiedad ante la posibilidad de una relación afectiva]

—Miedo al amor... ¿En serio existe algo así?

Rodó quedando boca arriba, observando el techo con aire pensativo. Cerró los ojos y rememoró su famosa consulta sentimental.


Wei estaba sentadito con la espalda recta y una tensa sonrisa pintada en los labios, observando con detenimiento a su acompañante. WangJi miraba a través del ventanal que tenía a un lado, su semblante era indiferente y pensativo. La joven mesera era un manojo de nervios, tratando de servir las bebidas sin derramar nada, Wuxian le dedicó una sonrisa complaciente.

—Gracias~

—D-de nada, disfruten sus be-bebidas. —le dedico una mirada flash a WangJi y casi desfallece cuando recibió un educado movimiento de cabeza.

—¿Y en qué puedo ayudarte, Lan WangJi?

Wei intentaba sonar serio y resuelto, como si todos los días te llamará el indiferente Lan WangJi para quedar de verse. ¡Era una locura! Incluso podía ver más normal el encontrarse con el director QiRen en dicha cafetería. Acercó la taza de té y le dio un pequeño sorbo.

—Me gusta alguien

Wuxian aprieta los labios para no escupir el líquido y rápidamente lo traga. Siente un retorcijón en la boca del estómago pero el chico lo asocia al té hirviendo. Su rostro es todo un poema digno de admirar. WangJi lentamente vuelve la mirada hacía Wei, por encima de la mesa le acerca un pulcro panfleto que Wuxian reconoce enseguida.

—Tu ayudas en estos casos

Wei tenía la intención de mofarse sobre la credulidad del menor pero al verle tan serio y seguro, se tuvo que tragar sus palabras. Pudo sentir cómo escuchaba la voz de Jiang Cheng reprochándole que lo tenía bien merecido.

—¿Esperas que sea tu cupido, Lan Zhan? —se cruzó de brazos y sonrió con burla.

—No —volvió a mirar a la ventana. Wei se mantuvo observando su semblante, delineando con la vista los finos rasgos del joven vicepresidente— No quiero que seas un cupido, Wei Ying.

WangJi era de las pocas personas que le llamaban por su nombre de nacimiento y el único que le hacía sentir nervioso.

—¿E-entonces, qué?

—Quiero que cures mi filofobia.

Wuxian ladeo la cabeza y tontamente repitió— ¿Filo-qué?


Sonaba un poco irreal. Wei rodo en su cama, mirando el techo con aire pensativo. Era difícil de creer que el perfecto Lan WangJi tuviera algún miedo, aunque eso explicaría porque es tan frívolo y nunca le ha visto con pareja.

—Pero ahora le gusta alguien, ¿no? —se llevó la mano a la barbilla. Trató de imaginar el tipo de persona que le podría llegar a gustar. A su nebulosa mente llegó el recuerdo de WangJi y GuangYao, sin embargo descartó la idea al siguiente segundo, ¡Por favor, era el correcto WangJi!— Debe ser una chica hermosa... aunque, ¿Existe alguna chica que sea más bonita que Lan Zhan? ¡Bien! Nada gano haciendo trizas mis neuronas, muero de hambre~

Filofobia. [MDZS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora