¿Final?

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     Manejaba aquella Vespa celeste de camino a casa, este día había sido cansado, hacía poco más de dos años entramos a la universidad, había decido estudiar administración de empresas y ayudar a Elizabeth, Ashley estudia Diseño y moda, Hannah se fue por veterinaria y si se preguntan si aún sigue siendo una gamer sensual, la respuesta es sí, Lorena estudia contabilidad y finanzas, aunque con todo lo ahorrado no tenemos necesidad de trabajar en un buen tiempo, todas decidimos hacerlo.

La entrada de nuestra casa era algo larga, pero me encantaba ver esos jardines rodearla, me bajé de la moto y caminé al pórtico, abrí y tan solo entrar, un olor delicioso me llenó los pulmones.


– Amor, ya llegué. – Anuncié acercándome a la cocina. – Huele tan rico. – Dije acercándome a ella y abrazándola por la espalda, hundiendo mi rostro en su cuerpo. – La comida también huele deliciosa. –

– Boba. – Sonrió, se dio vuelta y tomó mi barbilla, levantado mi rostro para besarme. – Me hacían falta tus labios. –

– ¿Te gustaría una sesión de besos? – Le mordí el labio provocándola. – Solo un poco. – Pedí.

– Hoy tenemos que ir al departamento de tus amigas, no te sobrepases. – Me indicó tomándome la mano y llevándome a la sala. – Hoy habrá una comida o algo así. – Ella me empujó suavemente, haciéndome caer en el sofá, seguido se subió a mis piernas y se sentó a horcadas quedando frente a mí. – Así que... no te sobrepases, mi amor. –


Tomó mis manos y las llevó al extremo de su camisa, levantándola poco a poco hasta despojarse de ella, dejándome ver aquel encaje azul.

No quería que me sobrepasara, pero...

Comenzó a besar mis labios de manera hambrienta y desesperada, mis manos recorrían su espalda, acariciándola y rasguñándola suavemente.

Bajó hasta mi cuello repartiendo besos y empezó a mordisquearlo, sentía mis pulsaciones cada vez más rápidas y el calor invadir el ambiente.


– Quiero hacerte el amor aquí y ahora. – Susurró en mi oreja, provocándome escalofríos.


No lo pensé dos veces y desabroché su brassier, dejándome ver aquellas aureolas rosas; hermosa, su piel porcelana y tersa me encantaba. Ella lo sabía.

Con agilidad y rapidez la recosté en el sofá, la iba desnudando poco a poco, admirando con voracidad su cuerpo, la vi sonrojarse hasta las orejas, maldición, era tan jodidamente sexy y tierna al mismo tiempo.


– Eres tan malditamente hermosa, mi amor. – Deslicé mis manos por los costados de su piel, ella se mordió el labio.


Sin pensarlo me despojé de mi ropa y me puse a horadas sobre ellas, me acerqué a sus labios y los devoraba con ganas, ella llevó sus manos hasta mis pechos y los apretó, haciendo que de mi saliera un gemido agudo, amasaba con algo de fuerza y delicadeza, haciéndome jadear.


– Ah... Lizi... – Ella rasguñaba mi espalda y nuevamente apretaba mis pechos, inquitas mis manos se fueron a su cuello y la halé hacia mí. – Mmhh... – Su lengua estaba dentro de mi haciendo de las suyas.

– Quiero follarte ya mismo... – Su voz salía ronca, desesperada.


Tomé su mano derecha y la deslicé por mi cuerpo hasta llegar a mi vagina, estaba aún sobre ella con las piernas abiertas, aprovechando esa posición, me levanté un poco y puse su mano en mi centro.

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⏰ Última actualización: Sep 14, 2018 ⏰

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