I. Ella

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Desde que me asignaron mi nueva misión tenía claro que aquello era un absurdo: "Sólo tendrás que chatear con chicos guapos mientras nosotros registramos las conversaciones e intentamos localizar al agente que forma parte de la organización, posiblemente él nos llevará hasta Mint Eye."

Es bastante triste que a estas alturas tenga que sentirme menospreciada en el cuerpo siendo una agente más que sobresaliente.

Aunque tengo que decir que ese no era el plan en un primer momento.

Pero claro, cometes un error y ya te cuelgan el Sambenito, como quien dice.

Si creen que voy a estarme quieta están irrevocablemente equivocados.

En fin, el nombre clave del trabajo era "Wonderland" atendiendo, por supuesto, a la novela de Lewis Carroll, y, cómo no, a mí me tocaba jugar el papel de "Alice".

Absurdo.

No sé quién se dedica a ingeniar este tipo de denominaciones pero... En mi caso, mi objetivo era (y es) averiguar la localización del llamado "País de las maravillas" también conocido como la sede de la secta Mint Eye y la identidad de la"Reina Roja", su líder. En lugar de eso he terminado en una organización de fantasía repleta de hombres atractivos y de éxito, la R.F.A., donde debo mantener una estúpida fachada y recopilar toda la información que pueda. Cualquier tontería es bienvenida, así como imágenes del actorzuelo ese de poca monta (esta es una petición posterior de algunas de mis compañeras). En resumidas cuentas, tengo que darles bola para que no sospechen y sigan largando a la par que organizo una fiesta.

Pero yo soy una mujer de acción.

Por eso jugar el papel de damisela en apuros nunca ha sido mi fuerte.

Sobre todo cuando recibí ese primer mensaje en mi teléfono, antes de que todo saliera mal.

"¿Puedes ver esto?"

Sí, tío, lo esto viendo, y posiblemente mi siguiente paso sea llamar a la policía.

¡Oh! Pero si yo soy policía.

Que está en una misión.

- Contesta, todo apunta a que es él.

Mi equipo de apoyo.

Ellos también tenían acceso a mi teléfono y podían ver los mensajes de la aplicación.

"Seguro que estas un poco sorprendida. No todos los días recibes un mensaje como este por parte de un desconocido."

. . .

"¡Yo mismo estoy un poco sorprendido, no te creas! He encontrado un teléfono en la estación pero todo lo que tenía instalado era esta aplicación. Me encantaría poder devolvérselo a su dueño pero no veo ni los contactos ni mensajes anteriores... eres la primera persona que responde así que... ¿Podrías ayudarme?"

Pensamos que era el "Conejo Blanco", el responsable de ponerse en contacto con los sujetos seleccionados, encandilarlos y hacer que le sigan a su madriguera hasta ese terrible País de las Maravillas que los mantiene cautivos.

Cuando me mandó la localización estaba exultante.

Bueno, yo y todos los que estaban leyendo aquello. Ocultos en una furgoneta a poca distancia del lugar.

Por no hablar del momento de introducir la clave de la puerta.

Lo habíamos conseguido, joder.

Pero al abrir la puerta sólo había un apartamento de lo más común.

La puerta se cerró tras de mí, y desde aquél momento no se ha vuelto a abrir.

Como decía, un error tonto y a está, degradada automáticamente a ser... ¿qué? Ni una espía, ni una informadora, nada... Una estúpida atrapada en una habitación, con un teléfono monitorizado a la que deciden mantener ocupada (yo más bien diría apartada) del campo de tiro por arriesgar la misión de tal manera.

Nadie me ha dicho que ha pasado con el resto de mi equipo. Y ellos tampoco han podido ponerse en contacto conmigo. La unidad de control de mi teléfono y comunicación ha sido ocupada por el que es mi superior y su séquito. Él recibe conversaciones, yo apenas recibo instrucciones.

Pero mi labor es muy importante, ¿vale? Obtengo mucha información.

Sí, sobre el estado de la piel de uno, los dramas escolares del otro y la (preciosa, todo hay que decirlo) gata del de más allá.

Aunque luego está él.

Yo lo llamo "Gato de Cheshire".

(Al final toda esta tontería de los nombres en clave se acaba pegando).

Detrás de tantos chistes, bromas y desapariciones aleatorias se esconde algo más. Aparte de un supuesto hacker. Pero, en teoría, no ha detectado mi contacto con el cuerpo de policía. O eso dice.

Ese condenado minino se supone que ayuda a Alicia en el libro. A su manera.

Temo que en este caso sea lo mismo.

Aunque quizá no, quizá está esperando el momento más adecuado para desvelar mis secretos.

Por el momento aquí sigo, atrapada en un apartamento con el único propósito de mantenerme pegada a un teléfono.

Y sólo han pasado dos días.

Soy perfectamente consciente de que esto no va nada conmigo pero... necesito ayuda.

Somehow, someday, somewhere [Vanderwood, Mystic Messenger]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora