Entro en el coche sin mediar palabra. Sin mirar atrás.
Aunque sé que él sigue ahí dentro, tras la puerta, observado, supongo.
Y lo espero, porque he dejado muy claro que esta es mi misión.
Mía.
Lo primero que hacen nada más entrar en el coche es tenderme una capucha. No consigo distinguir la cara ni del conductor ni de su copiloto, dado que ambos llevan sendas túnicas con capucha.
- Póntela.
Les hago caso, dado que en circunstancias como estas no resulta recomendable contradecir a los mediadores.
Arrancamos en cuanto me tapo el rostro y pierdo completamente la visión, noto como nos movemos y giramos. Intento prestar atención a los sonidos, aunque me llegan un tanto amortiguados debido a la tela.
La explosión no me pasa desapercibida, por supuesto.
- ¿Qué ha sido eso?
No responden.
- ¡¿Qué coño ha sido eso?!
- Tranquila, todo va a ir bien.
Lo que realmente espero es que él esté bien.
Vanderwood...
Me cae lo suficientemente bien para desear que esté a salvo.
Además, le debo un toquecito de táser, quizá algún día pueda devolvérselo.
Nos paramos un rato después, cuando mi propia respiración empieza a agobiarme sin tener más aire que el que deja pasar la tela de la capucha.
Dos personas me toman del brazo.
- Andando.
Es una voz diferente a la que he escuchado en el coche antes, por lo que puedo decir que son dos hombres los que me han conducido hasta aquí, los que ahora mismo me agarran cada uno por un brazo para llevarme hasta lo que supongo que es un edificio.
Lamentablemente, sigo con la cara tapada, lo que me posicionaría en desventaja si decidiera revolverme y darles unas buenas patadas.
Tranquila, Alice. Si ellos dicen que todo va a ir bien es que de momento no debo preocuparme, al menos respecto a la violencia física y las posibilidades de asesinato.
Llaman a una puerta que suena a madera, de esas gruesas que posiblemente tengan más de un cerrojo que abrir, al menos teniendo en cuenta el rato que tardan en abrirla.
Entramos y se vuelve a cerrar.
Y, por fin, alguien me quita la capucha.
Primero no veo apenas nada, y me limito a disfrutar de una bocanada de aire fresco tras el ambiente viciado en mi querida capucha. Cuando mis ojos se acostumbran a la luz veo un pasillo con suelos de mármol y paredes blancas, el mobiliario que queda a la vista –una mesa sobre la que reposa un jarrón- es clásico y caro. Con total sinceridad, siento que respiro lujo con cada paso que doy por eso pasillo, lo que resulta un tanto... sospechoso.
Me llevan hasta un salón con la misma decoración, allí me espera un chico con una chaqueta morada y mirada perdida.
Está sirviendo lo que parece té en un par de tazas de porcelana.
Regla número dos: no consumas nada de lo que se te ofrezca. Es pura lógica, pero nunca está de más recordarla.
- ¡Oh! Tú debes de ser Alice, encantado de conocerte, por fin.
Me tiende la mano y yo le doy un apretón.
- Permíteme que me presente, aunque ya hemos hablado antes. – se ríe, pero al ver que yo no le sigo se detiene y mira al suelo, las puntas de sus orejas se tiñen de rosa. – Me llamo Ray, y soy el responsable de tu estancia en esta sede de Mint Eye.
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Somehow, someday, somewhere [Vanderwood, Mystic Messenger]
FanficUna promesa garabateada sin apenas pensar, así eran esas tres palabras sobre el papel: De alguna manera, algún día, en algún lugar. Un "juntos" implícito. Sin un plan, ni una fecha y tampoco un mapa, sólo esperanza. Vanderwood es un personaje que p...