Somehow, someday, somewhere [Vanderwood, Mystic Messenger]

X. Él

Pues no estaba tan mal su idea.

Chica lista.

Tiene la ventaja de conocer a todos los miembros de la R.F.A. inlcuyendo sus recursos y posibilidades. El actor digno ganador de un concurso de belleza, el rubio que juega sin parar y, por supuesto, el poderoso empresario y su asistenta. 

¿Cómo no se me había ocurrido antes? ¿Cómo es que el agente 707 no me había avisado de tal joya formando parte de la asociación?

El plan es bastante sencillo: el grupo Han nos presta un helicóptero y el niñato viene a salvarnos. 

Esto ha traído consigo una salva del explicaciones por parte de Alice y 707, cosa que a mí no me incumbe, pero no deja de ser divertido verla teclear como una loca y respondiendo llamadas. Se nota que es de las mías: a ella le gusta la acción, no tener que andar tratando con la gente y ocupándose del papeleo.

Hoy es el día fijado para nuestro rescate, estamos ultimando los últimos detalles para, por fin, salir de esta casa de locos. 

Bien es verdad que los golpes y los insultos han dejado paso al silencio. A cambio, nos han castigado sin comer ni beber, cosa que habíamos prevenido con anterioridad, racionando la última comida que nos llegó.

Alice está muy tensa, así que la mando a descansar mientras yo hablo con mi subordinado: el rescate tendrá lugar por la noche desde el tejado, hemos conseguido ubicar nuestra posición en el recinto, por lo que no tendría que haber problema alguno. No sabemos si disponen de armas de largo alcance, por lo que es un riesgo que ambos debemos estar dispuestos a correr.

Cogeré algunas almohadas sin que ella se dé cuenta, no es un chaleco antibalas, pero nunca se sabe. 

La miro juguetear con el teléfono mientras se pone el sol, la atraigo hacia mí para darle un masaje en los hombros.

(O algo por el estilo, soy un agente secreto, no un fisioterapeuta).

- Vandy, en serio, no te dediques a esto.

- ¿Tan mal lo hago?

- Bueno... - guarda silencio. - Tampoco voy a quejarme. 

- ¿Estás nerviosa?

- Como para no estarlo, hay muchas cosas que pueden salir mal.

Paro un momento para encenderme el último cigarrillo que me queda, yo también necesito relajarme un poco. 

- ¿Quieres?

- Creo que sí.

Le paso el cigarro y veo como inhala despacio, es curioso que no tosa. 

- Parece que no es la primera vez que haces esto.

- ¿Te refieres a fumar o a ser el objetivo de rescate de una misión secreta?

- ¿Por qué no a ambas?

- Hay muchas cosas que no sabes de mí.

- Lo mismo digo. 

Se acabaron los masajes y las bromas. El humo del tabaco parece haber afectado también a nuestras emociones.

Niebla de dudas.

- ¿Te espera alguien?

¿En serio me está preguntando eso? ¿A mí?

- ¿Me hablas a mí?

- Yo no veo a nadie más aquí.

- No. Bueno... quizá alguna misión mortal y unos cuantos castigos al agente 707, poco más ¿Y a ti?