four.

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— Yuta, hijo, ¿cómo te fue hoy en clases?— preguntó mi madre, quién se encontraba yendo de acá para allá con platos de comida en sus manos.— ¿Ya tomaste tus medicinas?— negué.— ¿Y qué esperas para tomarlas?— fue en busca de las pastillas a las que ella llamaba -de emergencia-, cuando las encontró, me las tendió junto a un vaso de agua fresca. Odiaba estar medicado todo el dia, lo detestaba. Pero, de cierto modo me hacían sentir bien, mejor conmigo mismo, aunque no todo siempre es color de rosa. Tomé la pastilla con un gesto de disgusto notable, luego subí hasta mi habitación, tiré mi mochila en el suelo y me recosté en mi cama. Quedarme dormido no fue mi idea, pero así terminó siendo.

Esa tarde tuve pesadillas, no logro describirlas. Mis recuerdos son totalmente nulos, pero todo siempre involucra a la misma persona, quién, para mi mala suerte, no recuerdo de quién se trata.

También recuerdo una puerta, al fondo de un callejón.

Recuerdo haber querido entrar, pero siempre que me acercaba volvía al mismo punto de inicio, cada vez lograba acercarme más, y, cuando logré entrar, el interior de dicha puerta se tornó de un rojo completamente iluminado. Eso escapa de mi entender.

Me asomé por la ventana de mi habitación, la cuál estaba enfrentada a otra similar, proveniente de la casa vecina.

¿Cómo describir a mis vecinos, los Lee?

Siempre fueron un matrimonio para nada problemático, cuando nos mudamos a Corea del Sur fueron los primeros en hablarnos, no conocíamos a nadie, ellos fueron extremadamente gentiles y de mucha ayuda para nosotros.

Tienen dos hijos, Taeyong siendo el mayor de ambos, seguido de Jeno.

Nunca hablé con ninguno de los dos, una sola vez hablé con el más pequeño porque había perdido su pelota en mi patio, tan cliché...

Una vez logré escuchar como mi madre le contaba a la señora Lee su plan de mandarme a vivir solo, al principio la pobre no entendía el porqué, hasta que le explicaron mi situación. Igualmente ella mostró su desaprobación ante el plan de mi madre. Desde ese momento no se hablaron nunca más, a ella le molestó las actitudes de mi progenitora, y a ésta le molestó que se haya metido en temas familiares. Fue todo un desastre, ¿lo peor? todavía creen que yo nunca escuché lo que hablaban.

Dejando ese tema de lado, cuando volví a mi hogar la señora Lee se puso tan feliz que incluso siempre que me veía me invitaba a cenar. Curiosamente, solo a mí. Siempre me negaba, me sentiría completamente incómodo, además, seguro me verían como alguien raro. Honestamente prefería evitar cualquier inconveniente, ya tengo mucho con mi existencia.

Últimamente mis días se basaban en pasear por plazas, o lugares verdes. Al hacerlo, nunca había logrado sentirme tan despejado. Hasta que hace unos meses sentía que alguien me espiaba, lo cual es raro, porque siempre me siento así, ya es algo normal en mi vida, pero ésta era una sensación completamente diferente, realmente sentía que había alguien detrás mío, pero, siempre que volteaba me encontraba con lo esperado; nada.

schizophrenia ★ yuwin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora