6°- "una taza café, una mordida"

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"Adrien es una manzana venenosa"

El beso que me hunde más en la lujuria. Quiero, quiero descubrir el misterio detrás de esos ojos.

— ¿quiéres ir a tomar un café?— preguntó en un tono amable.

— ¿eh?— expresé extrañada, esperaba que me llevara a su mansión o a un motel.

— ¿quiéres o no?— preguntó un poco más serio, esperando ansioso mi respuesta.

— sí— acepté finalmente, ¿qué podía perder? Tal vez no lo sepa, puede qué pierda todo o qué gane más. Tomaré el riesgo.

☕☕☕

Ambos estabamos sentados en una mesita, esperamos pacientemente nuestra órden. El ambiente se sentía algo intenso e incómodo. Creo que Adrien lo había notado debido a que comenzó a exasperarse del silencio que estaba presente. Adrien carraspeó, aclarando su garganta.

— ¿con cuántos dijiste qué te habías acostado?— preguntó para romper el hielo.

— ¿por qué el interés?— pregunté con una sonrisa perversa y algo burlona.

— curiosidad— respondió, aunque pareció más una pregunta.

— ya veo— murmuré— con unos diez— mentí con aire victorioso.

— mentirosa— comentó con una sonrisa. Estaba algo cabizbajo, apenas podía ver su boca, esos sensuales labios me incitaban a besarlo con la pasión que deseo, esa pasión solo es la calentura en mí, eso es todo.

Él me miró por unos segundos, los segundos más largos de mi vida, el contacto visual es algo que nunca me ha gustado, por eso cuándo estoy en pleno acto sexual obligo a mi fleco a cubrir mis ojos. No quiero que miren directamente mis ojos. Él me observó un poco más y soltó una risa.

— ¡te ves realmente graciosa! ¡Pareces preocupada solo por qué te mire a los ojos!— se rió con una gran sonrisa. Esa sonrisa causó un cosquilleo en mí. El ambiente se volvió más relajado, sentía una felicidad inexplicable. A veces no puedo entender lo que está sucediendo conmigo, este hombre puede revelar mi lado más tierno, y al mismo tiempo, mi lado más deseoso del placer sexual.

De repente, llegaron los cafés que ordenamos, eso interrumpió el momento de mis pensamientos y la risa del rubio. Probamos al mismo tiempo, quedando extasiados del sabor del café. Me recuerda un poco al de mi padre. No lo he visto en tres o cuatro años. Es... Mucho tiempo.

Después de terminar la taza del líquido marrón claro, salimos del lugar. Él se ofreció a llevarme a casa, obviamente acepté.

🔥🔥🔥

Salí rápidamente del auto del modelo. Quería llegar a mi apartamento a dormir. Este día fue realmente agotador. Tal vez debería demandarlo, o sacarle provecho a ese anciano, amenazarle con decir a la policía y a cambio él me mantiene de por vida. No, eso sería pasarme de la raya, pero... ¿Acaso yo tengo un límite?

El hombre rubio se ofreció a acompañarme hasta mi apartamento, no rechacé la oferta. Antes de que yo girara la llave en el cerrojo, él tomo mi cabello y lo hizó a un lado, sentí sus frías manos rozar mi cuello, provocándo un choque electrico en toda mi espina dorsal, no se hizo esperar la piel de gallina.

— ¿te pusiste así solo por qué rocé tu nuca?— susurró con suavidad en mi oído. Abrí mis ojos con sorpresa. Es cierto, ¡¿desde cuándo me empecé a comportar así?! En este preciso momento estoy enfadada conmigo misma.

Él deslizó su mano por todo mi cuello, llegándo a las clavículas. Después, pasó sus manos por mi cintura, acariciándola con suavidad, un casi inaudible jadeo escapó de mis labios.

¿Qué clase de juego es este? Pero no puedo negarlo, en el fondo, este juego me excita, tanto que ya sentía mis bragas algo mojadas. Y sin previo aviso... Me mordió. Esta vez no fue para nada suave, fue una mordida tosca, pero que de igual forma encendía una llama en mí. me mordía con tanta fuerza que sentía que en cualquier momento mi piel se iba a romper, dando paso a mi sangre.

— d-duele— mascullé con la respiración agitada. Me encanta esto.

— ¿sí?— dijo aún con mi piel en su boca. Adrien retiró sus dientes de mi piel, sentía el ardor en esa zona.

— vete— le dije tratando de mostrarme inexpresiva, creo que se notaron mis esfuerzos por tratar de ocultar mis verdaderas intenciones.

— pareces gustosa de que te haya mordido— comentó cambiándo el tema, ¡es molesto!

— ¡claro que no!— me negué inmediatamente.

— ¿enserio? Tú entrepierna no dice lo mismo— dijo con una sonrisa pervertida y traviesa. Quién sabe que se esconde detrás de esa sonrisa, esa maravillosa sonrisa.

Miré mi vestido, incluso siendo vestido se veía algo mojado. No siento vergüenza, pero esto se va a volver incómodo.

— gracias por decirme, así que adiós— dije forzando una sonrisa y, literalmente, empujandolo fuera de mi apartamento. El se veía confundido, pero al parecer le restó importancia, escuché sus pasos por el pasillo hasta escuchar la campanita del ascensor.

Me dejé caer en la pared que estaba en frente de la puerta. Mi vista estaba clavada en esa puerta. Adrien, te odio, pero al mismo tiempo, algo dentro de mí quiere seguir sabiendo más y más, hasta romper todos los límites que existan entre nosotros.

Me quité el vestido, sin siquiera ir a mi cuarto. No soportaría más, necesitaba tocarme o enloquecería.

Deslicé mis panties por mis piernas y me los quité, abrí mis piernas de par en par. Pasé mi dedo índice y corazón por mi entrada, tenía un líquido pegajoso y trasparente. El lubricante natural. No tenía juguetes a la mano, así que opté por usar los dedos. Primero metí mi dedo índice en mi entrada, se sentía bien, luego metí un segundo dedo, el doble de bien. Con mi mano izquierda masturbaba mi clítoris, dando leves golpecitos, y haciendo movimientos en círculos. Comencé lento, pero a medida que iba aumentando la velocidad en la que entraban y salían mis dedos, la velocidad en mi clítoris aumentaba, al mismo tiempo, acariciaba la mordida de Adrien, todavía podía sentir las marcas de sus dientes en mi carne, toqué incluso la vulva. Todo se sentía de maravilla, como en las nubes. De repente, sentí un pequeño choqué electrico, con mis dedos dentro de mi cavidad, toqué hacía arriba, toqué mi punto G.

— A-AHH— gemí con algo de fuerza, pero no tanta.

Repentinamente, la puerta del apartamento, la cuál se encontraba frente a mí, se abrió.

— Marinette, saliste muy rápido del auto y olvidaste tu... Bolso...— decía mientras abría la puerta.

Sentía su vista clavada en mí. Sus verdes ojos se veían oscuros, pero dentro de ellos había una llama encendida de placer. Es... Incómodo que te encuentren masturbándote.

— Marinette...— mencionó mi nombre mirándome fijamente.

Esperaba alguna expresión de asco, o algún comentario criticándome. En cambio, recibí lo más inesperado.

— sigue masturbándote —

¡Hola! Nuevo cap. Si les gusto regálenme una estrellita que saben que me ayuda mucho. Se despide dilunar. Besito (*3*)

||+18|| Sexo = Dinero -AU-AdrinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora