Capitulo 18: Dispersión

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Hola,  que hacen?, bueno hoy les traigo capitulo, un poco larguito y muy, muy, emotivo o eso creo. Si gustan preparen sus chocolates, sus almohadas, sus mascotas y sus kleneks. 

Ustedes pónganse cómodos. Ahora sí vamos a comenzar.

HUMMM, NO PRIMERO UN ANUNCIO.- Me auto promociono, pasen por mis otros fics, pasen por mis originales. Hay de todo un poco, llevele, llevele. Regalenme un like en mi página aparece en mi perfil y sí ya sé esta medio abandonada, pero prometo que comenzare a ponerle contenido y pues allí hay unos álbumes donde están las portadas, y sinopsis de mis fics y originales por si gustan checar y unos álbumes de imágenes con frases de los mismos. Ahora sí comenzamos. 


Capítulo 18

Dispersión

Tony se encontraba atrapado en aquel horrible lugar, la maldita base que tanto odiara. Estaba dentro de una celda y le habían atado de manos y piernas. No es como si fuera necesario, igual no podía caminar, le dolía la cadera, las piernas, el culo. Todo.

Y tenía mucho frio, los miserables se lo habían llevado desnudo para su vergüenza, al menos le cubría una de las sabanas, pero le molestaban las miradas lascivas que recibía de muchos de los miembros de Hydra, que pasaban por la zona y le veían atado y cubierto por su sabana.

Les gruño con odio a todos, gruñir, gruñir. Otra cosa que al aparecer Stephen, le había pegado, o quizá otra cosa de omega.

No lo sabía, no le importaba. Su mente ya tratando de trabar un plan de escape. ¡Un momento! Llamaría a su alfa. Se suponía que podía comunicarse mentalmente. Cerro los ojos e intento hacerlo. Se concentró, pero nada, sólo había ruido en su cabeza, no era justo.

Era como si algo le bloqueara, pero no sabía qué, aun así, no iba a darse por vencido, así que insistió, insistió, e insistió esperando por el resultado y al fin.

Pudo sentirlo, una conexión, suave muy suave, como si una ligera caricia se deslizara de la mente del rubio a la suya, una caricia nostálgica y necesitada, con añoranza, con desesperado amor.

Y él le respondió a su vez, le dijo que lo necesitaba, pero que de momento estaba bien, en una puta celda, pero bien. Secuestrado, pero aun bien y que necesitaba que fuese por él.

A su vez Stephen, se relajó un poco al sentir el contacto con su amado, su pequeño pseudo omega. Al menos estaba vivo y aun no le hacían daño. Y no se lo harían. No lo permitiría.

Sabía lo peligrosos y malvados que podían ser los hombres de Hydra, y sus mujeres igual. Todos sus líderes estaban igual de podridos, su ambición desmedida y su maldad no tenía límites.

No dejaría a su pequeño en sus manos ni un minuto más. Irrumpió en la fortaleza seguido de Steve, Natasha y Visión. A la chica pelirroja, el androide la había enviado a casa, y aunque ella se resistió al principio, basto ver su mirada de odio y la de preocupación que le dedico Visión, para que ella se marchase. No sin antes ayudarlos a quitar una gran parte de los hombres de Hydra y sus tanques de la entrada. En otras circunstancias, Stephen, pudo agradecerle la ayuda, viéndola como la veía, solo decidió que se estaba ganando que la dejara vivir y ya.

Entraron al lugar y buscaron por todas partes, la mayoría de la base estaba en malas condiciones y abandonada, tan solo encontraban uno que otro soldado al cual erradicaban. O más bien Stephen y Visión lo hacían. Puesto que, aunque Nath, Steve y Sam, les habían seguido, no estaban en condiciones de dar pelea, pues él los había dejado molidos.

No tardaron mucho en dar con la estancia en la cual estaba el moreno. Pero obviamente, él no estaba solo, si no custodiado por diez hombres armados hasta las muelas, y no eran hombres normales. Eran soldados del invierno. Recordó que Hydra lo hacía practicar contra ellos. Eran fuertes, malvados, letales y aun así no eran rivales para él.

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