Harold.
Cuando las clases finalizaron, tuve la oportunidad para ir al supermercado más cercano, de aquella manera podría compra todo lo necesito para esta tarde: frituras, cervezas, vasos, platos. Quería que fuese especial ya que Ellen no regresaría al departamento. Me costaría trabajo no tenerla conmigo, quiero decir, me había acostumbrado demasiado a eso de tenerla cerca de mí, estar viviendo bajo el mismo techo, creo que se me será demasiado difícil sacarla de mis pensamientos.
Ayer había pensado, por un momento, que finalmente terminaría todo con mi hermano, que quizá este día podríamos hacer algo juntos, quizá una cita...pero todo eso se deshizo cuando la vi entrar junto con Drake. La sensación que sentí fue más fuerte que el odio y repulsión que había sentido: estaba dolido.
Sin embargo no iba a permitir que los sentimientos que sentía por dentro me dominaran, quería ser más fuerte que todo ello, pero nunca antes había estado enamorado y nunca antes me habían roto el corazón como Ellen me lo había roto. Pero no era culpa suya, si no que había sido mía, solo fue mi culpa. No dejo de repetirme en la cabeza que —quizá— si hubiera sido sincero con ella desde el principio, quizás todo sería distinto, o quizás no, y quizás todo sería como siempre.
Cuando salí del supermercado, me encontré con Kennedy junto con Helen, las cuales llevaban algunas bolsas de ropa. Quise retroceder y perderlas de vista, pero no ganaría nada con ello, ya que ambas me han visto. Helen me miró por un momento, quizá la pelinegra me ignoro completamente, pero la rubia no.
—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunta, mirándome de pies a cabeza.
Mi entrecejo se frunció ligeramente.
—Soy una persona, la cual tiene que hacer compras, dah.
Kennedy finalmente me miró, y me sonrió con cinismo.
—¿Por qué no estas con Ellen? Oh, cierto, te cambio por tu hermano.
Miré a Kennedy y tuve que fulminarla con la mirada.
—Como si eso me importara —mentí.
—Claro, el león siempre tan macho alfa, pero seamos sinceros, Harold. Estas dolido, el león se enamoró, eso es nuevo, ¿no, Helen?
—Oh claro —me reí, aunque me estuviera muriendo de ganas por callarla, preferí insultarla de igual manera—. Como Elliot sigue prefiriendo a Ellen. Quizás solo este contigo porque tu papá es el director y ya sabes cómo es Elliot, casi siempre tiene problemas con algunos alumnos y no sería bueno para que él que lo expulsen, quizás se acostó contigo solo por eso, ¿no, Ellen?
La morena cerró sus puños. Estaba casi seguro que estaba a punto de explotar.
—Mejor cállate, Harold —Helen tomó a su mejor amiga del hombro—. Mejor vete con tu humor de perros a otra parte.
—Claro —asentí—. Lo siento, Kennedy, Helen tiene razón y tu igual. Estoy dolido porque realmente me enamore de Ellen y ella eligió a mi hermano. Tienes razón —la chica me miró—, al igual que yo tengo razón al decir que Elliot solo te está utilizando. No eres buena, Kennedy, todos están detrás de ti porque tienes dinero y porque tu padre es el director. A nadie le gustas, esa es la diferencia en esto.
Su boca se abrió en una enorme O, y sus ojos se habían humedecido. «Eso es por lo que le hiciste a Ellen... »
—No le hagas caso, Kennedy. Él está herido...
—Y tu deberías callarte, maldita buitre.
Helen me fulminó con la mirada, haciendo que una pequeña sonrisa se me formara en los labios.
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Prohibido Enamorarte. ✔
Fiksi RemajaEllen es una chica con una vida bastante normal, hasta que una noche como cualquiera se convierte en una de las sospechosas en la muerte de su mejor amiga Jess; tras un año después del acontecimiento, Ellen se va a la universidad ha iniciar una nuev...