Capítulo 28.

719 79 16
                                    

Ellen.

La luz me estaba golpeando en los ojos, sin embargo no quería moverme de mi lugar. Estaba totalmente convencida de que esto que estaba haciendo era lo más sensato que he hecho.

Harold estaba durmiendo justamente a un lado de mí. Tenía tanto su pierna como su brazo alrededor de mi cintura, impidiendo que pudiera salir de su atrape, y ni siquiera estaba pensando en huir de él. Esto era lo mejor que me había podido pasar; la noche anterior había sido muy larga, apenas habíamos dormido lo suficiente para recibir este día con un buen ánimo, pero de alguna manera estaba sonriendo.

Con mucho cuidado, fui acariciando su suave piel, sin dejar de acariciar cada lugar y cicatriz que tiene en su piel. Harold se veía tan cansado como para despertarlo de una buena vez, sabía que tenía que regresar con Summer, la cual seguramente está preocupada por mí, pero aun no quería irme, al menos no sin que Harold este despierto. Sonreí cuando él movió su cabeza, escondiéndola de mis manos, pero para mí pésima suerte, sus ojos se abrieron con rapidez, pero al verme, él sonrió.

—No quería despertarte —me disculpo, dejando de acariciar su piel.

—Descuida.

Su voz estaba cansada y áspera, como era de esperar, pero tenía algo distinta esta mañana y es que hacía que algo dentro de mí se estremeciera.

—Tengo que volver con Summer, Harold.

Sus ojos se pusieron en blanco, haciendo que abriera mi boca en una enorme O.

—¿Recuerdas cuando despertaste conmigo aquella mañana? Luego de que terminaste con Elliot.

—¿Qué tiene? —pregunté.

—¿Quién diría que estarías de esta manera conmigo? Me odiabas en ese entonces.

Negué rápidamente, acercándome un poco a él.

—No te odiaba —me reí—. Solo me confiaba en ti. Tú salías con mi hermana, ¿lo olvidas?

—Ya —sus brazos me abrazaron de la cintura, haciéndome poner encima de su cuerpo—, pero antes no podía besarte, ni tocarte, ni nada de beso.

Mi ceño se frunció con rapidez.

—Y no puedes hacerlo ahora, Harold. No somos novios, ¿lo olvidas?

—Podemos fingir que lo somos.

Sonreí de todo corazón, acercándome despacio hasta sus labios y sin previo aviso lo besé.



Harold había cumplido su promesa de haberme traído nuevamente hasta el edificio en donde me esperan millones de preguntas las cuales no seré capaz de responder sin mentir. Sabía que Drake no tardaría en venir a buscarme para que le dé una explicación sensata de todo lo que había pasado la noche anterior, pero no podía decirle lo que realmente había pasado. No podía decirle que me había quedado con su hermano, tampoco que nos habíamos besado o que habíamos compartido la misma cama.

Lo que menos quería era mentirle a Drake, porque yo había sido la única que puso prometió que no guardaríamos secretos y que no nos mentiríamos, pero acababa de romper aquella promesa. Yo misma.

Aunque me quiero sentir mal, no podía. Me sentía jodidamente bien, y aunque todavía tenía aquel sentimiento por Drake, ese sentimiento también lo estaba compartiendo por Harold.

Había muchas cosas en las que tenía que pensar. Y una de ellas es que le diré a Drake, porque no podía ocultarle que me había besado con Harold. Quizás era buena mintiendo, pero a las personas que realmente quería, no. No podía hacerles eso. Me partiría el alma romperle el corazón a Drake, al igual que a Harold. Sabía que tenía que elegir a uno de ellos dos, y aunque no quería, tenía que hacerlo. Perdería a uno, pero tendría al otro. ¿Qué clase de persona soy? No tengo ninguno derecho a elegir a ninguno, quisiera sacarme los sentimientos del corazón y no elegir a ninguno. Sin embargo no podía, no podía porque a uno de ellos dos amaba, y me aterraba la idea de saber a quién amaba y a quien quería.

Prohibido Enamorarte. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora