Capitulo 6

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Cuando era pequeña, soñaba con recostarme en el pasto y ver el cielo. Soñaba que veía el cielo y las nubes eran de algodón. Cuando me levantaba y le contaba a mi madre, ella decía que algún día se haría realidad ese sueño. Que algún día sería igual de feliz que en ese sueño, y que yo era muy afortunada porque tenía tanta facilidad de sonreír ante cualquier adversidad, que por eso mi imaginación era así. Pero todo se marchita como una rosa ante mis ojos. Todo se vuelve diferente y ya no hay paz, ya no hay cielo azul y nubes claras. Ahora eran grises y cargadas de relámpagos y rayos, que amenazaban con llorar sobre mi, como yo lo estoy haciendo ahora.

Jeff había logrado atraparme mientras pedía auxilio aún en la carretera a unos metros de donde estábamos. Amarró mis tobillos con cinta gris al igual que mis muñecas.

Él dijo, "retrasaste el viaje".
Y continuó con algo como, "ahora nos buscarán por tu culpa". Sin embargo, no entendía en lo absoluto el porqué de sus palabras, pero ahora lucia más enojado que la primera vez.

Me había subido a su auto de golpe, en los asientos traseros. Me cargo y me deposito como si fuera un objeto. Luego, siguió conduciendo por la carretera; estar amarrado con la única posibilidad de solo observar, es una de las desventajas más grandes que me pudo haber ocurrido. Mi único pensamiento era cómo podía quitarme la cinta sin que se diera cuenta. Antes de que planeara hacerme algo en contra de mi propia voluntad. Lo miraba conducir y de vez en cuando desviaba la mirada hacia el techo del auto. Aún era de noche por lo que mirar el techo del auto, era lo único divertido de todo.

—Tenias que haber sido más astuta... correr en la nada probablemente te pudo haber salvado pero tu instinto de supervivencia se activo antes que la lógica—suelta mientras conduce, vuelven los golpeteos incesantes en el volante, lo que aumentan más mis nervios, estoy incómoda con las manos detrás de mi espalda. Me revuelvo en los asientos con la única esperanza de poner quitarme la cinta. Pero es imposible, estaba demasiado apretada y el interior estaba fresco como para siquiera producir sudor que me ayudara. No quiero escuchar que en realidad estaba acabada. No quiero morir tan joven y mucho menos a manos de un cobarde que me amarra para hacerle más fácil el trabajo. Ahora es cuando vuelven los gritos internos.

Hacia movimientos con las muñecas para remover la cinta de mi piel y mientras lo hacía miraba fijamente al sujeto, —por lo menos me gustaría saber qué motivo tengo...—me removí con las fuerza las muñecas, —necesito saberlo si voy a morir...

—Te aterra morir...

—Si—dije casi en un hilo de voz.

—No era pregunta, realmente a ti te aterra morir... y a mi me gusta.

—Nunca había escuchado de alguien a quien le gustara saber eso... —dije agitada. Y casi podía respirar aliviada cuando por fin comenzaba a sentir que estaba por remover la cinta. O al menos un poco. Cuando el sujeto ríe para sus adentros.

—Tienes un motivo... te necesito de carnada para yo poder terminar con algo que me quedó pendiente... yo nunca dejo nada a la deriva.

—Entonces mátame... —solté al mismo tiempo en que lo mire como si fuera la única esperanza, entonces él detuvo el auto de golpe y yo casi caigo del asiento cuando siento que removí la cinta de mis muñecas y las tengo escondidas detrás de mi aferrándome al asiento. El sujeto gruñe y apaga el auto. Casi está por amanecer de eso si me di cuenta, y también cuando él baja del auto para minutos más tarde llevarme arrastras por el gran terreno gigantesco a las afueras de la ciudad. No había nada a nuestro alrededor, no árboles, no nada. Más que una carretera con cercas de madera por ambos lados. Y un campo lleno de pasto y hierba verde mezclada con tonos cafés. Jeff me lleva sujetada de la ropa y me carga con ambos brazos traspasando la cerca y rápidamente me suelta y caigo de rodillas al suelo tratando de mantener el equilibrio, siento que corta la cinta que ata mis tobillos. Sin embargo me quedó en esa misma posición mientras miro a mi alrededor, recordando en ese preciso instante el mismo sueño que tenia cuando era pequeña. Siento el aire del pronto amanecer que recae sobre mi como una llamada extraña de algo. Durante unos segundos de nervios y paz al mismo tiempo, el sujeto vuelve a aparecer pero esta ves con la escopeta entre sus manos yo lo miro a él y luego a la escopeta. Él comienza a cargar el arma mientras yo cierro los ojos aún observando los suyos.

|Bad baby|Libro#1|Jeff The Killer Fanfiction|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora