OUT OF CONTROL

25. Lo Que Sea Por Venganza

Volando a toda velocidad hacia el río Schuylkill, siento como una gran aglomeración de personas se acercan a un punto en específico, cerca del río. Y al momento de estar cerca del lugar, la gran estructura poco a poco va apareciendo.

Una gran formación de rocas oscuras ubicada en la zona céntrica del río ha surgido desde lo más recóndito del mismo, tomando la forma de una estalagmita. Su apariencia es tenebrosa y la mayoría de las personas que se encuentran desde los puntos de los miradores empiezan a correr cuando, desde una inmensa puerta que tiene la gran estalagmita, empiezan a salir unos demonios con una apariencia aterradora, mirando en mi dirección y preparando un posible ataque en mi contra.

Desde un principio me imaginé que era su obra. Él tiene la maldita culpa... ¡¡EL MALDITO REY DEMONIO ES EL RESPONSABLE DE TODO ESTO!!

Aquellas entidades demoniacas se lanzan en mi contra, empuñando grandes espadas y otros, con tridentes que emanan energía oscura en poderosas cantidades.

Mi vuelo no se detiene y al contrario aumento más la velocidad. La furia no deja de consumirme ahora que sé quién es el responsable de todo esto. Y lo único que quiero, es destrozar a los infelices que secuestraron a Diana.

-¡¡APARTENSE DE MI CAMINO INFELICES DEMONIOS!!- con maniobras extremadamente veloces, arrebato la vida de cada uno de ellos, dejando sus cuerpos totalmente inertes y los cuales se desintegran hasta el fin.

Un ataque de energía oscura roza parte de mi brazo y al voltear, veo a dos demonios lanzando ataques en mi contra desde la entrada de la gran estalagmita.

Me dirijo a toda velocidad hacia donde se encuentran, evadiendo cada uno de sus ataques y concentrando suficiente energía en una de mis manos. Y a pocos metros de ellos, lanzo una poderosa ráfaga de energía, acabando con sus miserables vidas y destruyendo la inmensa entrada del lugar. Entrando de golpe y aterrizando en toda la zona céntrica del interior de la gran estructura.

Miro alrededor en busca de respuestas, pero solo se aprecia varios miradores con antorchas en sus esquinas, iluminando el interior de la estalagmita gigante.

-¡¡DEVUELVANME A MI ESPOSA!!- grito con autoridad. -¡¡PAGARÁN LAS CONSECUENCIAS POR METERSE CON QUIEN NO DEBÍAN!!-

-¡¡MARK!!- la voz de Diana suena en el eco del lugar. Pero ella no aparece en ningún lado...

-!!DIANA!! ¡¿DONDE ESTÁS?!- grito con desespero, sin recibir respuesta alguna. La angustia me consume, sin dejar de lado el miedo de que aquellos demonios le hagan daño alguno a ella.

Una risa malévola se escucha desde lejos en un eco, mientras que siento como varias entidades oscuras empiezan a aparecer en cada uno de los miradores existentes. 

Centenares de demonios bajan de las mismas y me rodean, dejándome atrapado y sin escapatoria.

Me mantengo en posición mirando a mi alrededor, esperando el movimiento de alguno de ellos.

-la hora de tu muerte... ¡HA LLEGADO!- grita una voz potente. Y en ese momento todos los demonios se lanzan al ataque.

Cada uno de ellos intenta atacarme con todo el arsenal que tienen. Espadas, tridentes, puñales, diferentes tipos de armas usan cada uno para causarme algún tipo de herida. Sin embargo...

-¡YO NO VOY A PERDER CONTRA USTEDES!- la ira que me consume hace que ataque con furia a cada uno de ellos. No para dejarlos inconscientes, más bien, llevándolos a su muerte.

Porque no merecen vivir... ¡NADIE DEL MALDITO REINO OSCURO MERECE EXISTIR!

Los sirvientes del Rey Demonio con el pasar de los segundos aumentan sus ataques y son más los que se lanzan en mi contra. La batalla contra ellos se dificulta cada vez en gran cantidad. Pero aún en mi estado humano, mantengo el control de la batalla y todo a mi favor.