OUT OF CONTROL

38. El Fin de Todo

POV ALARICK

Cuanto poder...

En tan solo cinco minutos, mi cuerpo ya está totalmente demacrado por sus ataques. Ni siquiera con el poder de Amon puedo acabar con él.

Su poder es demasiado abrumador para mí.

-¡Vamos mi querido peón!- grita con orgullo el Rey Demonio. -¿O acaso ese es todo el poder de la rebeldía de un inepto demonio como tú?-

En un abrir y cerrar de ojos, él vuela con gran velocidad hacia mí y apreciar tan intimidante ser mas de cerca.

-¡TIENES QUE DIVERTIRME AUN MÁS!-

Él toma mi cabeza desde la parte posterior, para volar en gran velocidad mientras acerca mi rostro al suelo. Siendo arrastrado y dejando un camino causado por mi rostro.

No puedo poner ni siquiera un poco de resistencia ante este infeliz.

Necesito más fuerza...

Necesito darle más tiempo a él a como del lugar...

¡EL PLAN TIENE QUE CONTINUAR AÚN SI MUERO AQUÍ!

En un movimiento brusco, el Rey Demonio lanza mi cuerpo al suelo. Y luego impulsarse él al cielo.

Su lanza se acerca a su mano en un movimiento veloz, y en cuestión de segundos se torna de una viscosidad púrpura.

Pero lo que realmente está haciendo es cambiando su forma. Transformándose en una tenebrosa espada. Que en cuestión de segundos es llenada por llamaradas rojizas en toda su hoja.

Tomando la empuñadura con ambas manos y apuntando hacia abajo, él baja a toda velocidad para incrustar su gran espada en todo mi cuerpo.

En una reacción rápida, apunto mi mano hacia mi costado izquierdo, y expulsar un pequeño cañón de energía. Sirviendo como impulsador y moverme de la zona de alto peligro.

Justo luego de moverme, el Rey Demonio clava su espada en el suelo. Causando una gran nube de polvo y dándome una sola y única esperanza de recuperarme un poco y poder contra atacar.

Su figura aún se logra visualizar entre todo el polverío. Y eso me ayuda a poder ubicarlo mientras me muevo sigilosamente.

Solo tengo que llegar hacia su espalda... Es la única manera de causar algo de daño a este bastardo.

Cinco pequeñas bombas explosivas de energía oscura son formadas en mi mano para lanzarlas al cielo y ser distractores para formar la espada de Amon.

Todas cinco son lanzadas y en cuestión de segundos causan aún más polvo.

Esta es la oportunidad...

En un solo impulso me empujo a gran velocidad hacia la espalda del Rey Demonio, apuntando el filo de la espada en su cuello para debilitarlo y poder causarle mas daño.

-No se da cuenta... solo unos cuantos centímetros más...-

Sin embargo, sin necesidad de girar su cuerpo por completo, él embiste su espada contra la mía, cortando el aire en forma de arco. Y sin esperármelo, rompiendo mi espada en pedazos, dejando mi cuerpo al descubierto.

Él tan solo sonríe malévolamente. Y con un solo golpe de puño, golpea mi estómago, causando un vuelo con impacto seguro hacia los escombros.

Su arma pudo destruir la espada de uno de los más poderosos demonios de la historia.

Si eso no fue capaz de acercarse para dañarlo... Entonces todo está acabado.

Ya no queda nada más que hacer.