POV KRISTA
Raguel, Uriel y otros ángeles nos encontramos en mi hogar, para debatir sobre el nuevo rumbo que debemos tomar con la caída del Reino Celestial. Y la forma de recuperarla de alguna manera.
El resto de los ángeles se adaptaron a la vida de los humanos. Actuando como tales y llevando una vida normal. Pero en sus corazones aun reside el sentimiento de volver a su verdadero hogar.
Todos rodeamos el gran mesón de la cocina. Mientras que, en la misma, se encuentra la poderosa espada que nos entregó Lexu antes de su perecimiento. Alhant.
-¿Qué tenemos que hacer ahora?- exclamo Raguel en un susurro. Tirándose para atrás y cruzando sus brazos en su pecho.
-Quisiera saberlo para que ya no existan más problemas- digo en tono bajo.
-No entiendo porqué el maestro nos entregó el tesoro del Reino Celestial...- dice con frustración Uriel. -Ninguno de los que nos encontramos aquí somos dignos-
-¿A qué te refieres con eso?-
-Una antigua profecía lo dice. La espada divina Alhant y el escudo divino Ahaiah, las dos armas más poderosas de todos los mundos anormales fueron repartidas al Reino Celestial y el Reino Oscuro para el equilibrio de la vida. Ya sea una deidad de la luz, deidad de la oscuridad; un ángel o demonio que se asemeje al poder de ellos, pueden usar dichas armas y explotar su máximo potencial. Pero para activarlas, se necesita energía oscura y celestial. Estas armas son lo suficientemente destructibles como para acabar con cualquier deidad. Sin embargo, aquel que sostenga ambas armas, tendrá dominio total sobre la vida misma, y será un ser indestructible-
-Eso quiere decir... que, ¿Si queremos vencer al Reino Oscuro, Alhant necesita la energía oscura?-
Raguel asiente para responder mi pregunta.
Entonces para que el Rey Demonio active Ahaiah, necesita la energía de la deidad celestial o de un ángel que asemeje su poder... Pero ningún ser celestial se asemeja al poder de... Lexu...
-Mierda...- digo mientras asiento mis manos con fuerza sobre el mesón. -El cuerpo de Lexu. Lo tienen ellos, y si extraen la energía de él, pueden activar el escudo-
-Entonces esa fue la razón por la cual el maldito de Mark se llevó el cuerpo del maestro- dice con furia Raguel.
-¡Oye!- refuto. -No voy a permitir que te dirijas de esa manera a él-
-¡¿Y cómo quieres que me dirija ante el asesino de mi maestro?! ¡Respóndeme!- exclama con fuerza Raguel.
-Como tú quieras, pero sin faltar el respeto. Aunque esté en el bando equivocado, yo sé que volverá a ser el de antes...- digo mientras me levanto para estar frente a todos. -El Reino Oscuro es muy traicionero. Y Mark no tolera eso-
Todos regresamos la mirada a la espada en el mesón. Pensando como poder activarla y luchar ante el Rey Demonio que puede atacar el mundo con el escudo divino.
-No pierdo nada con intentarlo...-
Tomo el arma con mi mano, sujetándola con fuerza y blandir la misma con gran velocidad.
Es una espada muy liviana y se siente claramente la energía celestial emanando en su interior.
La extiendo al cielo, para empezar a transferir mi energía oscura, y de alguna forma poder activarla.
En un momento, la espada empieza a tomar brillo. Tomando un gran poder mientras energía celestial comienza a rodear la espada.
¡Está funcionando! Si logro transferir todo mi poder, podremos ser capaces de hacerle frente al mundo oscuro y obtener la paz de todos.
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OUT OF CONTROL
AcakLa ficción es algo que muchos quisiéramos en la realidad, incluso para quien realmente sufre como lo es Mark. Los años de maltrato en el instituto lo habían corrompido, volviendo su corazón oscuro, siniestro y violento. Sin importar el daño que pod...