Epílogo

11 1 3
                                    

James

Nunca pensé que fuese a encontrarme aquí, contándole a mis hijos el año más loco de mi juventud.

Tampoco pensé que Perrie fuese a irse a la otra punta del mundo, ni que fuese a adoptar una niña china, pero lo hizo, y está en una isla perdida de Oceanía con su extraña vida. Aún me llama y recordamos la muerte de Danielle por la que todavía nos extrañamos. Nunca fue un buen recuerdo para ninguno, pero al fin y al cabo ocurrió y nos unió mucho a ambos. 

Tampoco pensé que Eleanor fuese la chica con la que hablaba por servilletas en Roses. Qué recuerdos... He vivido tantas cosas allí... Y sobre todo con ella.

Pero un día de repente desapareció, como si hubiese sido un fantasma que pasa y se va. Creo que le temía al compromiso. Pero bueno, da igual, al fin y al cabo ella desapareció... de otro modo. 

Estábamos durmiendo juntos, yo la abrazaba, y comencé a notar su cuerpo frío; helado. Y me desperté para encontrarme su cuerpo sin vida. Al parecer dejó una nota a mi lado diciendo que me había querido más que a nada pero que no había querido decirme que se iba a morir por no preocuparme, que no diría el por qué a nadie... Simplemente se fue. 

Y yo tuve que volver a empezar. Encontré a otra chica, y nos casamos tras estar cinco años juntos. 

Luego tuvimos un niño y una niña; mellizos. Cuando cumplieron los catorce, Sophie, su madre, falleció en un accidente de coche. Me fui a vivir a la isla de Perrie durante un verano con mis hijos y pasamos allí un par de años. Finalmente volvimos a nuestro hogar para que ellos hiciesen sus carreras y desde entonces me acompañan viajando por el mundo y trabajando en distintos países.

Supongo que es cierto: el destino está escrito entre las nubes y las estrellas con tinta invisible.

Las nubes como el pelo de Danielle, las estrellas como los ojos de Eleanor... el cielo como la última noche de Sophie. 

Y yo sé, que esta noche desapareceré al igual que ellas. Y volveré a verlas y nuestras almas seguirán juntas por el resto de la eternidad.

Porque el día de nuestro reencuentro, está marcado en una nube, junto a la más brillante estrella, con una tinta que solo los que nos volvemos a encontrar podemos divisar. Y el día marcado en el firmamento tiene la fecha de hoy... 

DESTINYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora