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Siempre he pensado que estoy conformada por dos personas: K y S.

K es una chica segura, con una autoestima alta, le encanta tener atención y vida social, le gusta arriesgarse y no teme por lo que dirán, nunca duda ni pide ayuda, es independiente y feliz, extrovertida y alocada. A K le gusta J, un chico del cual quiere obtener atención y pretende ser de lo más normal posible para que él la mire.

Por otra parte, S es tímida, insegura, odia su cuerpo, le gusta llorar y se expresa por dibujos, tiene miedo de hacer amigos, piensa demasiado en que dirán los demás, busca pasar desapercibida entre la multitud, es un fantasma, ella es seria y pensante. A S también le gusta J, pero ella hace lo posible por no llamar la atención del chico, no quiere molestarlo y mucho menos incomodarle.

Ellas dos —K y S— trabajan juntas por hacer que mis días sean agradables y cómodos, pero a veces una de ellas toma el control y crea experiencia únicas, a veces buenas y a veces malas.

Si K toma el control se divierte y arriesga su vida, busca estar al máximo de adrenalina y usa ropa ligera, se peina como ella quiera e ignora los malos comentarios que dicen los demás. En cambio si S toma el control se hace una persona cerrada, evita hablar con los demás, incluso verles a los ojos, busca ropa que cubra su cuerpo y se peina tapando su rostro, siempre atenta de si alguien dirá algo de ella.

Pensamientos en las Noches de desveloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora