Ya había llevado las maletas en la recamara que había escogido para dormir, escogí la última del lado izquierdo, aún no miraba el piso superior pero tenía mucha curiosidad de ir a él; miré las paredes de esta habitación, algo que noté de esta casa era que no tenía colores que hacían iluminación por decirlo de alguna manera, es decir, no había paredes tapizadas en blanco o crema, más bien se inclinaba más hacia los tonos rojizos o vino u otros que no daban luz interior, y no veía otras ventanas más que las que estaban cerca de la puerta de entrada a la casa.Había dos cuadros de pinturas en esta habitación, un ropero de madera oscura, la cama tamaño matrimonial, un escritorio y una silla acolchada, típicas de las antiguas.
Salí de la habitación y posteriormente del pasillo, desde donde me encontraba a sólo pasos estaba el cristalero de vajillas de porcelana y a mi izquierda la sala de estar con el piano, más enfrente la puerta así que decidí ir hacia la derecha, ahí estaba la mesa del comedor, es decir, cerca de la puerta de entrada, de hecho al entrar también la había visto, y bueno, en una abertura cerca de la misma estaba lo que era la cocina y más enfrente, a su lado, es decir por fuera de la cocina en una esquina, unas escaleras en forma de caracol.
Al subirlas llegué al segundo piso, en sí estaba sobre una enorme alfombra que cubría todo el piso color vino, y las paredes tapizadas en tonos cafes oscuro con diminutos diseños dorados por en medio, pero había dos pasillos de cada lado, a los extremos de donde me encontraba, esta casa era extraña, bastante peculiar y rara.
Sí que la dueña tiene un gusto raro, aunque a mí me gusta.
En cada pasillo solamente había una habitación, una era la del lavado y secado y la otra era una recamara.
Me sentía demasiado extraño en este lugar, era como si por instantes me olvidara completamente del mundo exterior, había un silencio difícil de explicar, pero la estancia era excesivamente agradable y tranquila, tanto que asustaba.
Aún me encontraba en el segundo piso, no en los cuartos ni el los pasillos que dirigían a ellos sino en la gran estancia donde no había nada, entonces saqué el celular y volví a llamar a Yoongi y a Jimin, pero ninguno contestaba.
–Oh, mierda, por favor.
Apagué el celular y apreté los ojos frunciendo el ceño apegando el teléfono sobre mis labios suspirando, ¿qué iba a hacer si no los localizaba? Y, ¿cómo localizaría a Jin y a Taehyung? Jin sí vivía en esta ciudad, Yoongi y Jimin también, estaba seguro de eso.
Entonces una idea iluminó mi mente ¡Claro! Hoseok tal vez tendría el número de Jin y Taehyung, antes solíamos ser seis en el grupo, pero por problemas Hoseok no continuó ni quiso seguir más, pero tenía los números de ellos, él también vive aquí en la capital, al menos si no se fue en este tiempo, tengo el número de él, el de Namjoon no lo tengo ya que dijo que lo cambiaría y jamás volvió a llamarme, fue del primero que no supe de hecho.
Algo me dice que incluso a él volveré a verlo también, tengo tantas ganas de ver a los seis.
Busqué el contacto de Hoseok y sí, aquí lo tenía anotado.
Estaba un poco nervioso, tal vez le extrañaría mi repentina llamada, pero también tenía ganas de hablar con él y era una buena excusa lo de pedir el número de Jin y Taehyung y de paso preguntarle si ha sabido algo de todos.
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Two Memories -BTS
FanfictionDía a día un sueño extraño carcome a Jungkook al dormir cuando por fin logra conciliar el sueño después de un fuerte insomnio que poco a poco fue convirtiéndose en narcolepsia. Hace un tiempo su grupo se desintegró, perdiendo contacto con ellos a ca...