Two Memories -BTS

Capítulo 6 ¿Sueño perdido?

¿Qué?

–Espera... –mi estomago dolía, caminó un poco hasta estar cerca de mí, podía verlo de frente–. ¿Cómo que me habías ayudado? Es imposible, yo no tenía esto antes.

Arqueó una ceja, mirándome fijamente con expresión seria. –Jungkook, ¿te sientes bien?

–No –respondí–. No te entiendo.

Metió las manos en sus bolsillos. –¿El medicamento para qué es? –habló más tranquilo–. Ese que tomas.

Reí. –¿Me vas a decir que perdí la memoria y que el medicamento llevo tomándolo desde que estaba aquí en la capital desde antes de que el grupo se deshiciera?

Negó con a cabeza. –Antes no tomabas medicamentos, por eso te pregunto, ¿qué tipo de medicamento es?

–Es para dormir. A veces duraba días sin dormir y extrañamente eso me provocó que cuando podía dormir durmiera durante días sin darme cuenta. Podía dormir una semana entera y yo ni lo sentía.

–Eso te solía pasar. No sé por qué no lo recuerdas, pero fue desde que estabas aquí.

No entendía porque en la voz de Taehyung había cierto tono extraño, no podía creerle del todo, no era que desconfiara de él, pero le preguntaría a los demás si era verdad lo que decía.

–Y...si recuerdas que fue lo último que nos dijimos, ¿verdad? –preguntó.

Lo miré fijamente a los ojos, sólo recordaba haberme portado muy mal con él. Y la causa también, porsupuesto.

–Sí, fue...cuando te hice llorar –me sentí como una mierda al recordarlo–. Pero eso cambió, he cambiado, puedes verme ahora. No hablemos del pasado, ¿sí? No estoy orgulloso de muchas cosas.

Suspiró. –Yo...no me arrepiento de lo que sucedió, Jungkook. A pesar de todo, no me arrepiento.

Pasé saliva al escucharlo. –Y no tendrías por qué, tú no hiciste nada malo. Al contrario, en tu lugar hubiera hecho lo mismo.

–¿De verdad?

Asentí. –Así es, Taehyung.

A pesar de que Taehyung intentaba verse serio, con un semblante frío y duro, yo sabía lo que pensaba, su mirada no mentía, su caracter era así pero él era una gran persona, y de verdad quería reparar todo el daño que yo había hecho.

Miré su muñeca, había una cadena que parecía de oro muy delgada con una pequeña cruz en ella...estaba seguro haberla visto antes, sí, yo la había visto antes pero a otra persona, no sé a quién.

–Esa cadena... –dije, volteó a verme.

–Oh –la miró, después volteó a verme a mí–. Es un regalo.

–¿Un regalo? –arqueé una ceja.

–Cuando volví de la capital, mi madre me la dio. Es una reliquia muy preciada para ella.

Pero...¿Cómo se la dio? ¿No se supone estaba en coma?

Miró cómo lo miré extrañado, después sonrió. –Bueno, cuando volví no me la dio ella exactamente, pero me la quería dar como un obsequio, a menos eso dijo mi padre. Tengo unos padres muy buenos, siempre me han apoyado...a pesar de yo no ser muy agradecido con ellos, a veces siento que no los merezco.