Perdida《DL》[Completa✔]

Prólogo.

Mi respiración esta acelerada. Calculo bien mis pasos, un sólo error sería mi fin. El abrigo negro que tenía entre mis cosas me camuflaba con la oscuridad de la sala, me llevo las manos a mi pecho, mi corazón latía con fuerza.

Por más lento que caminara, mis pasos se escuchaban como si fueran música. Freno en seco, me saco las zapatillas y las tomo en mis manos.

Me acerco a la gran puerta que daba a la salida, que daba a la libertad.

Sorpresivamente cedió, suelto un suspiro al ver que no tendría que forzar la cerradura. Frunzo el ceño, estaba lloviendo, estaba tan preocupada por escapar que no me di cuenta de la lluvia, pero eso no importaba.

Salgo corriendo. A tan solo pasos de mí se encontraba la libertad. Ya no más, no más maltratos, no más sangre... No más.

Un trueno alumbró la oscura noche, doy un brinco asustada mientras mis ojos repasaban con miedo el gran trueno amenazante en el cielo. No sé en que momento mi abrigo salió volando por culpa del viento que empujaba mi cuerpo con fuerza.

Corro. Si esta era mi oportunidad la aprovecharía, las lágrimas bajaban sin más de mis mejillas. Otro rayo alumbró el cielo nocturno. No pare.

Llegue a la gran reja negra que daba a la salida de la mansión Sakamaki, apoyo mis manos en las finas barandas y sin más empiezo a trepar. Suelti pequeños quejidos llenos de angustia y cólera. Llego a la cima, miro con atención lo que me quedaba por bajar, estaba a punto de moverme cuando oí varios sonidos provenientes de la mansión. Vi desde lo alto de la reja como una silueta se asomaba por la puerta de entrada de la mansión Sakamaki.

Mi corazón se aceleró, me volteo rápidamente y sin pensar me solté de la reja. Suelto un gran quejido de dolor al caer al suelo, intento ponerme de pie y ahí me doy cuenta, tenía lesionado mi tobillo. Y no sólo eso, tenía varias heridas en mis piernas y brazos, pequeñas manchas de sangre adornaban mi cuerpo.

Aún así, vuelvo a correr, la sangre solo los atraería, sigo corriendo a duras penas, la lluvia enpezaba a intensificarse, las gotas caían con más fuerza sobre mi rostro, mi cabello mojado estorbaba mi visión.

Solo veía árboles a mi alrededor, no encontraba ningún indicio de alguna casa, alguna luz, algún auto... Nada.

Empecé a desesperarme, de repente la luz de un auto alumbró mi camino, le llamé con mis manos y vi como empezaba a bajar la velocidad. Sonreí. Sería libre, al fin, podría escapar.

Y sin poder evitarlo, siento como todo a mi alrededor se vuelve negro.