Solía dormir con mis padres porque, al igual que muchos niños le temía a aquello que quizá se oculta en la oscuridad. cada noche, con la poca luz que llegaba a la habitación, podía divisar una silueta de una persona parada en la puerta, que siempre se encontraba abierta, dejando ver una especie de abismo, reemplazando el pasillo que daba a la sala. Aterrado, con la cobija hasta el cuello, observaba como aquella figura se mantenía estática, prácticamente frente a nosotros, hacía esto hasta que me vencía el sueño.
Una vez, me atreví a ver más de cerca, y gracias a ello pude darme cuenta de que, el espectro que tanto me asustaba era un simple perchero. Todo este tiempo me hubiese ahorrado el sufrimiento si prestase más atención a los detalles.
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Libro de One-Shots
AléatoirePequeñas historias de todo tipo. Desde simples cuentos a relatos más elaborados.