Asedio al castillo: La apóstol del viento.

1.3K 178 61
                                    

Yunei


A pesar de que la mayoría de las fuerzas defensivas habían muerto tras el ataque de Hill, algunos soldados aún se encontraban custodiando el castillo. Como el "capitán" había previsto, conforme nos acercábamos a las habitaciones principales, más resistencia encontrábamos.

—Tenía razón, señor —dijo la joven teniente después de "preguntarle" a un soldado sobreviviente, ahora inconsciente, sobre el paradero de los príncipes—. Es por aquí. Están al final del siguiente pasillo.

—Bien, vamos... —El capitán miro a nuestro alrededor, extrañado—. ¿Dónde está la joven demonio?

Me di la vuelta ante esa inesperada pregunta. Era cierto, Karla y Mifi, quienes se suponía estaban tras de mí, habían desaparecido.

—Bueno, ella dijo que vino aquí por asuntos personales —le respondí, recordando cuál me había dicho Hill que era su principal misión—. Seguro ella y Mifi fueron a terminarlos.

El capitán asintió e hizo una señal para que siguiéramos avanzando.

—Espero que no le pase nada, de verdad creo que ellos serían una tropa de choque muy útil. Después hablaré con ella sobre su insubordinación —murmuró. Aunque sabía que su forma de pensar era porque no nos conocía lo suficiente y además era un soldado veterano, me molesto un poco que la tratara como uno más de sus subordinados. Pero de nada servía replicar ahora.

Caminábamos por pasillo que nos llevaría a las habitaciones donde mantenían presos a los objetivos. En vista de que podríamos encontrarnos con una resistencia mayor cuando llegáramos a liberarlos, me detuve un momento para acomodar el carcaj en mi espalda y sacar la "flecha especial" llevaba conmigo desde que Rina me dio esa "medicina" para que con ella protegiera a su "nieta".

No entiendo bien el pensamiento de esa mujer. Parecía querer a Mia, pero era evidente que le tenía animadversión a Hill. No importa, su regalo de compromiso sin duda sería útil en este caso.

Lo mejor sería explicar eso último. Durante nuestro encuentro parece que hubo un pequeño malentendido. Por alguna extraña razón, Rina creyó que Mia era hija mía, aunque no nos parecemos, y que Hill nos había aceptado a las dos, comprometiéndose conmigo. Estoy casi completamente segura de que él ya debía haber aclarado ese asunto, pero no sé si ella llegó a creerle, porque incluso me hizo probarme un vestido de novia y hacerle prometer que la invitaría a la boda.

Claro que no le he dicho a él nada sobre eso, de cualquier forma ya yo me las arreglare para aclarar ese malentendido más tarde, antes de que se haga más grande.

—¿Y si no lo haces? Tampoco es que te moleste demasiado. Incluso estas aquí por él, ¿cierto?

Solo somos amigos.

—Sí, claro, síguete diciendo eso.

Cállate, mente mía, recuerda que existe Sarah.

—¿Y? Hill nunca ha dado muestras de querer ser más que amigos con ella. El problema sería Aria. Él aún no se da cuenta, pero Tyna y yo sabemos que todavía piensa en ella.

Me sacudí la cabeza para deshacerme de esa insidiosa voz en mi mente. No era el momento para pensar en eso. Por estar pensando cosas extrañas el grupo ya se había adelantado un poco. Me apresure para alcanzarlos, pero, de repente, me topé con una especie de pared transparente cuando iba a la mitad del pasillo.

—¡Yunei! —me grito la cadete, preocupada—. ¿Qué es eso?

El grupo regreso hasta donde estaba, pero aquella extraña pared nos dividía. Al mirar con detenimiento la pared me di cuenta que cuatro runas habían sido grabadas ahí.

Theria Volumen 5: La batalla de MirieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora