Asedio al castillo: Batalla contra un monstruo (1)

1.4K 165 27
                                    

¡Noticias! Ya está el primer volumen disponible en amazon. es, con un costo de 8,5 eu. En amazon. com el precio esta en $9. 50 US Ahora si, el capitulo. (susurrando: comprenlo...)

Yunei

No sabía si los otros habían llegado ya a su objetivo, pero si la pared mágica seguía en pie no podrían regresar y, por tanto, si estaba en problemas no recibiría ayuda. Al menos no a tiempo. Por tanto, destruirla debía ser mi prioridad, a pesar de lo mucho que quería golpear al antiguo conde.

Prioridades, Yunei, prioridades.

Esquivar a Derendio para acercarme al muro creado con piedras rúnicas fue fácil. Su cuerpo, aunque fortalecido por el núcleo de monstruo, se movía de una forma acartonada. Era una suerte que aún no se acostumbrara aun a su nueva fuerza.

—¡Mantente quieta! —gruño.

—¡Cállate y déjame apuntar! —le grité. Guarde las dagas, tomé mi arco y apunte a una de las piedras.

Bien, el primer trabajo que debía hacer, romper la barrera, ya había sido completado. No fue difícil. Ahora el gran problema era el tipo con quien debía de lidiar. Debía recordar todos los datos que me habían dado sobre los títeres del pensador, aunque Derendio en realidad actuaba por su cuenta y no parecía tan fuerte como aquellos.

—Acepta tu castigo por ofenderme —me dijo, mientras se acercaba a mí, moviéndose con más desenvoltura que antes. Necesitaba detenerlo antes de que alcanzara una mayor agilidad o estaría en problemas.

Coloque una nueva flecha y tense el arco, apuntando a una de sus piernas. Fortalecida con un poco de energía mágica, la punta se clavó en su carne, sin embargo eso no detuvo su avance.

¡Maldición!

—¡Ven, Ariane!

Derendio parecía enloquecer a cada momento, mientras la piedra rojiza brillaba en su pecho.

Diablos, ya hasta me confunde con la primera que se le escapo. Pero creo que he encontrado su punto débil.

Hill me había mencionado que aquellos contra quienes lucharon eran protegidos por una barrera que repelía la magia. Al parecer tal cosa no impedía los ataques físicos, los cuales eran mi especialidad.

Volvió a poner el arco en mi espada y desenvaine nuevamente las dagas. Antes de encontrar a Hill viaje unos cuantos meses con una chica problemática llamada Suzanna. Si bien ella no era muy hábil en magia, se sabía mover con desenvoltura. Las largas noches en que combatimos por la comida debían rendir sus frutos. Claro que yo siempre ganaba, pero he de aclarar que les daba comida... al menos un poco.

Me acerque a Derendio y lo apuñale con las dagas en ambas piernas antes de esquivar sus puños. El golpe que iba dirigido a mí se desvió hacia la pared del castillo, destrozando gran parte de la piedra.

¡Se supone que es un material reforzado!

Si no tenía cuidado podría llegar a matarme de un solo golpe.

Sin darle una oportunidad de contraatacar me coloque en su espalda y clave ambas dagas en sus costados, justo en el punto donde deberían estar sus riñones. Un ataque así mataría a una persona normal. Para mi desgracia, Derendio ya no era normal. Puede que ni siquiera se le pudiera considerar humano ya.

—¿Quieres jugar conmigo? —susurró, con una voz ronca.

Saque las dagas de su cuerpo, y retrocedí unos pasos, a la vez que él se daba la vuelta y desenvainaba la espada que tenía en su cintura.

Theria Volumen 5: La batalla de MirieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora