El verdugo se preguntó
"Oh~, ¿Cuantas cabezas más debo de decapitar?"
El ministro se preguntó
"Cuanto tiempo debo de cumplir los caprichos de esta niña"
La única sonriente era la monarca de toda Lucifenia, una joven y linda princesa de 14 años de e...
Ney se sintió extraña y le dio una fiebre al día siguiente. Mariam le revisaba y Allen le cuidaba las espaldas de que Riliane no se enterara. El pequeño descansaba en su cuna ignorante de lo que ocurría a su alrededor, ni mucho menos la pelea que estaba por aproximarse al reino.
- ¿Como fue posible que tomara el vino que tomaba papa?-le preguntó Allen confuso.
- Sabia horrible....-hablo mareada al recordar el sabor.
- No te quejes Ney, que tú decidiste tomarlo-le regaño su hermano.
Ninguno se dio cuenta de un alboroto que se formaba afuera hasta escuchar los gritos. El rubio menor fue asomarse y miró horrorizado. Luego de decirle a su hermana comenzó a correr la voz por todos los sirvientes,sin que la joven heredera se enterara al respecto. El terror se vio en la mirada de todos que habían comenzado a correr presas del pánico.
*-.-*
Fue una mañana en que se escucharon los gritos de lucha de los aldeanos que peleaban contra los soldados para llegar al castillo. Los reinos vecinos mandaron a sus mejores hombres para apoyar en lo mejor posible.
La batalla fue bastante fiera. Los sirvientes habían huido del puro terror, dejándolo solos a algunos que aún le eran fieles a la princesa. Mariam tomó a los soldados que apenas empezaban su reclutamiento y con firme voz habló.
- ¡Yo soy Mariam Futapie!, ¡una de las tres héroes, ahora, soldados de Lucifenia!, ¡demuéstrenme su lealtad!-les grito mientras los veía marcharse.
Fue cuando se encontró con un viejo amigo. Ambos se miraron un largo antes de atacar a los rebeldes revolucionarios que se acercaban a ellos.
- Aún sigues pensando en resucitar a tu hermana....-se burló ella empujando a uno.
- Cállate....mejor concéntrate en proteger el palacio
- Solo respóndeme, ¿aún sigues pensando en resucitar a tu hermana?
- Eso....eso es personal-fue su única respuesta antes de comenzar a perseguir a dos que se acercaban corriendo a las puertas del palacio. Se disponía a ir a acompañarlo, pero una silueta encapuchada la detuvo. Girándose molesta la observó detenidamente, sus pupilas se dilataron al ver que esa mujer -dedujo por el físico- usaba la misma armadura que su camarada fallecida, Evelyn.
El choque de espada y cuchillos se produjo en ambas oponentes, hasta rasgar la capa de la mujer. Mariam se giró posicionándose al ataque.
- ¿Conque este es el poder de una de los tres héroes?-la voz, esa voz le era familiar. El oponente se giró retirándose el pedazo de tela revelando a Chartette, quien tenía el ceño fruncido.
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- Chartette Langley....
- Jefa de Sirvientes....-murmuro molesto desenvainando una espada gigantesca, usándola como si se tratase de una vara de madera.