19-. Revolucion (Parte 2)

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*-.-* Momentos Antes *-.-*

Riliane se encontraba en su habitación, cuando se escuchó los gritos eufóricos de los aldeanos. Se asomó confusa y vio como esas personas tocaban su castillo con sus sucias manos. Allen había entrado para ver cómo se encontraba su monarca.

- ¡Esos aldeanos!, ¡estás tocando mi hermosos Castillo con sus sucias manos!, ¡repugnante!-lloró esa desgracia.

- Majestad, aún hay tiempo de que escape....-Eso hizo a la monarca girarse enfadada limpiando sus lagrimas.

- No lo haré, este es mi reino, eso solo es una revuelta...-hablo calmada, pero firme-Solo, debes ir a calmarla.

- Esto, ya no es una revuelta, Majestad-hablo bajando la vista triste-....Esto es....

[Una Revolución]

*-.-*

- ¡Basta ya!-grito una voz femenina que en cualquier momento rompería en llanto-¡Basta de ser controlados como si fuésemos animales!, ¡Basta de impuestos tan altos que solo pueden ser pagados por injustas muertes de inocentes!, ¡La monarca se pasea en carruaje por el pueblo, ignorando la mala situación, el hambre, la pésima economía y las enfermedades!-grito mientras sus lagrimas comenzaban a salir

- ¡Fin a la censura o muerte de quienes no temen expresar su pensamiento  contrario al conocido como "norma"!-grito un hombre con un antifaz al pueblo quien acompañaba a la mujer de armadura roja que miraba seria la situación, aun con las lagrimas saliendo de sus ojos.

- ¡La Reina tiene razón: Somos rebeldes y pueblerinos que jamás están satisfechos!. ¡Hoy mismo, todos los aliados aquí presentes, provengamos de donde provengamos, nos proponemos a derrocar a la "Tiranía Amarilla", La Princesa Riliane!

*-.-*

Allen junto a Ney y Gast cerraron la enorme puesta del palacio y la atrancaron. La única mujer miró a ambos  hombres preocupada.

- ¿Allen?-preguntó al ver a su hermano pensativo.

- Ney, me podrías hacer un favor....-se giró a su hermana.

- Si, ¿cual?

- Podrías contarle a Riliane y a mi hijo la verdadera historia-le pidió. Ney solo lo miro aterrada y negó repetidas veces.

- ¡Perdímos a mamá y papá, no quiero perderte a ti también!-le grito con las lagrimas saliendo de sus ojos ámbar.

- No te preocupes Ney, nos veremos en otra ocasión-se despidió besando la frente de su hermana y se iba corriendo, cerrando la puerta antes que su hermana se le acercara y comenzara a golpearla con fuerza.

- ¡ALLEN, NO LO HAGAS!, ¡ALLEN!-gritaba frenéticamente mientras seguía golpeando.

Gast solo la observaba, no podía hacer nada al respecto. Se fijó en una ventana a los soldados pelear por proteger el castillo. Debía cumplir la petición de Allen y proteger a la princesa.

- Señorita Ney....

- No pude detenerlo....-murmuro limpiando sus lagrimas-....vamos, debemos hacerle ganar tiempo-explicó mientras se retiraba su capa y mostraba su traje de asesina.

*-.-*

Allen entro corriendo al cuarto de la princesa y la vio sentada frente al fuego de la chimenea, donde quemaba unos documentos en el.

- Yo....no.....quería que esto pasara....-murmuro con su voz rota-Allen, ¿puedes tomar mi mano?-pidió aterrada. El joven se acercó y cumplió la orden de su hermana-....Yo solo, quería ser amada por todos, ser respetada.

La Saga Del MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora